Ninguno de ellos imaginó que durante el mes que Camila había desaparecido, no estaba en el hospital ¡sino que estaba preparando su boda!Comparado con Cristian, Luan, quien había crecido junto a Camila, mostraba una mayor agitación. Hasta ese momento, jamás se le había cruzado por la cabeza que Camila pudiera casarse con otro hombre. En su mente, tanto en el pasado como en el presente, e incluso en el futuro, ella solo podía pertenecerle.Por eso, no podía aceptar lo que acababa de escuchar. Seguía negándolo con una obstinación feroz.—Oigan, por favor, dejen de bromear. Camila ni siquiera conoce bien a Pedro, ¿cómo va a casarse con él? —preguntó Luan.—Nosotros tampoco entendemos del todo qué pasaba por su cabeza —respondió Rosa, con un suspiro—. Tal vez, al ver cuánto te gusta Viviana… quiso hacerse a un lado, ceder su lugar para que ustedes pudieran estar por fin juntos.Al escuchar esas palabras, Luan se quedó helado, como si le hubieran dado una bofetada.A su lado, Cristian tampo
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