Así fue como terminé bajo la lluvia, parada en las escaleras, a unos cincuenta metros del castillo.Observaba en silencio a mi prometido, Lucas, mientras le ponía un anillo a Fiona, esa chica tan adorable y encantadora, elegante con su vestido blanco de novia.Fiona, sonrojada, tomó el anillo, lo miró fijamente, tapándose la boca, e hizo un tímido gesto de alegría .Antes de que pudiera reaccionar, Lucas, incapaz de contenerse, la abrazó con toda su fuerza.Entre las bromas y las risas de los presentes, empezaron a besarse apasionadamente.Se besaron durante casi diez minutos, hasta que Fiona, totalmente extasiada, no pudo mantenerse más en pie. Finalmente, Lucas la soltó, respirando entrecortado.El viento de otoño soplaba suave, y las luces cálidas comenzaron a brillar, bañando el castillo con un dorado resplandor. Fue entonces, bajo esa luz tenue, cuando me fije en que mis familiares y amigos estaban todos allí, siendo partícipes de esa farsa.Mi hermano menor, Marco, a quien siempr
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