"No quiero abogar por ellos," me dice en un susurro. "Pero muchos de nosotros fuimos obligados a hacer cosas que no queríamos."Sé que tiene razón, lo entiendo. Es solo que, a veces, cuando estoy cerca de ella, abro la boca y la cago."Está bien, cachorrita. No llores más, que me parte el alma verte así." Le doy otro pequeño beso y miro a Isabela, indicándole con un gesto que siga con los interrogatorios. Ella ya sabe qué hacer sin necesidad de palabras."Perfecto, entendí todo. Bueno, iré a preparar el interrogatorio," nos dice Isabela, antes de marcharse, dejándonos solas en el pasillo.Nos quedamos ahí, abrazadas en silencio, sin necesidad de palabras. Sentir su cuerpo junto al mío es suficiente. Suspiro profundamente, intentando procesar lo que acaba de pasar. Es increíble cómo, a pesar de nuestras diferencias, siempre acabamos encontrando la manera de volver a este punto, donde todo lo que importa es que estamos juntas.Ella apoya su cabeza en mi hombro, y siento su respiración t
Leer más