-Sam, no vayas, sabes que es fuerte. Sam, por favor - la rabia corría por mis venas y no me detendría ante nadie ni nada. Llegué a la zona donde estaba ella, Cassandra. Frené en seco, observé a mi objetivo y ella estaba allí, al lado de un gran oso muerto. Un oso, que tal vez dejó un hijo huérfano por su culpa. No lo pensé y me lancé con todas mis fuerzas hacia ella, hacia su cuello. Se dio vuelta a tiempo y puso su brazo como escudo. Lo mordí con fuerzas y sentí como sus huesos se quebraron por la fuerza de mi mordedura. "Ah, mierda", se quejó, moviendo su brazo para todos lados con intención de liberarse, y lo logró. Caí a varios metros, chocando con un árbol. Me miró desconcertada, como identificando algo, así que volví a la lucha. No me dejaría ganar. Al volver, ella me atrapó del cuello."Sam, ¿eres tú?" Al escucharla, no pude evitar transformarme nuevamente en humana, y allí estábamos las dos, viéndonos cara a cara. Su cara era de desconcierto y felicidad, y la mía era odio, ema
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