Capítulo 113 —Entonces descansa conmigoNarrador:El sol ya empezaba a bajar, y la luz filtrada entre los árboles pintaba el jardín de un tono más cálido, más íntimo. Desde lejos se oían risas apagadas: Sasha y Miranda seguían en el invernadero, y por el entusiasmo en la voz de la niña, parecía que no dejaba de hablar.Aylin y Roman seguían en el jardín, de pie, cerca del sendero. Él la rodeaba con los brazos desde atrás, el mentón apoyado suavemente sobre su hombro. No decían nada, pero no necesitaban palabras. Se habían quedado así, respirando en calma, como si en ese pequeño gesto estuviera contenido todo lo que no podían explicarse. Aylin le acariciaba los brazos con lentitud, mientras Roman cerraba los ojos, dejando que ese momento lo sostuviera un poco más.Las risas se fueron acercando. Sasha apareció primero, con la chaqueta atada a la cintura y las mejillas encendidas.—¡Ay, no saben todo lo que hablamos! —anunció, agitada —¡Ni se imaginan lo que sabe de plantas! Me enseñó cóm
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