Les va gustando...???
Capítulo 116 —Tu eres únicaNarrador:La galería estaba cerrada al público ese día. Roman había ido a revisar unas piezas recién llegadas, aunque en realidad necesitaba tiempo lejos de la casa, del caos, de la confusión que se estaba filtrando, lenta pero constante.Estaba en el segundo piso, revisando una serie de registros contables, cuando escuchó pasos en el hall. No eran de Dominic, no eran del personal. Y no estaba anunciado nadie.—No sabía que tenía que pedir cita para verte —dijo una voz familiar desde la entrada.Roman levantó la mirada sin sorpresa.Miranda estaba allí, de pie en el umbral, con ese aire tranquilo que no usaba desde los viejos tiempos. Llevaba una chaqueta ligera y el cabello recogido, nada provocador, solo controlado, calculado.—¿Quién te dejó pasar? —preguntó Roman, sin levantarse.—Tu seguridad sigue confiando más en mi cara que en tu juicio —respondió ella, caminando con calma hacia el escritorio.Roman se recostó contra el respaldo de la silla, cruzando
Capítulo 117 —InvaluableNarrador:Roman bajó las escaleras con paso firme, sin apuro, pero con la tensión visible en los hombros. Al llegar al hall principal, la vio. Miranda estaba de pie junto a Sasha, con una mano apoyada en el respaldo del sofá, como si ese lugar le perteneciera por derecho.Sasha levantó la vista y sonrió al verlo.—Papá, Julieta me estaba contando sobre unas esculturas que solían estar en la entrada de casa. Dice que algunas podrían volver a conseguirse.Roman no apartó la vista de Miranda.—Sasha, ¿puedes darnos un momento? Sube y quédate con Aylin, por favor.Sasha asintió, un poco desconcertada, pero obedeció sin protestar. Se alejó sin entender del todo la tensión que flotaba. Miranda, en cambio, lo entendía perfectamente. Caminó junto a Roman en silencio, hasta que él abrió la puerta de una sala lateral. Una vez adentro, cerró tras ellos.—¿Qué estás haciendo?—Estaba hablando con Sasha —respondió Miranda, como si la pregunta le resultara exagerada.—Le esc
Capítulo 118 —Ni se te ocurra volver a mentirmeNarrador:Aylin caminó hasta la puerta del hall y se asomó al exterior. Uno de los hombres de Roman, que esperaba junto a uno de los coches, se acercó al verla.—¿Podrías llevar a Sasha de regreso a la mansión? —preguntó con voz serena, pero firme —Dile a Amalia que estaremos allá más tarde.—Sí, señora Adler, de inmediatoEl hombre asintió sin hacer preguntas. Aylin volvió al interior y se acercó a Sasha y a Roman, que aún estaban junto al pedestal vacío.—Sasha, —dijo con suavidad —quiero que vayas adelantándote a casa. Él te llevará.—¿Por qué no me llevas tu de vuelta? —preguntó la niña, algo confundida.—Porque necesito hablar con tu papá a solas.Roman giró apenas el rostro hacia ella, atento. Sasha la miró por un segundo más, luego asintió con un gesto leve. Sabía que, cuando Aylin hablaba así, no era el momento de discutir.Apenas Sasha salió por la puerta acompañada del hombre de Roman, el silencio se instaló en el hall como un p
Capítulo 119 —No fue justo, no fue nobleNarrador:Aylin aún lo tenía a centímetros, acomodándole el cuello de la camisa, con esa sonrisa peligrosa dibujada en los labios. Roman no podía moverse. Su cuerpo empezaba a recuperar el control, pero su cabeza… no. Su cabeza solo pensaba en ella.En todo lo que era. En todo lo que le despertaba. En todo lo que aún no había hecho con ella.—¿Sabes qué pensé aquella noche? —murmuró Roman, la voz baja, ronca.Aylin alzó la vista, curiosa.—¿Qué noche?—La primera. Cuando rompiste el jarrón. Cuando cerré esta puerta.Aylin no dijo nada. Roman la tomó de la cintura, la alzó con facilidad y la sentó sobre el borde del escritorio, sin romper el contacto visual.—Pensé en lo que te haría si fueras mía. Pensé en todas las formas posibles de quitarte esa ropa que llevabas… y hacerte rogar por más.Ella no se movió. No necesitaba hacerlo. Sus pupilas lo decían todo. Estaba ahí para eso. Para lo que viniera.Roman deslizó las manos por sus muslos, subien
Capítulo 120 —No es mi madreNarrador:La rutina de la casa había cambiado. No por decisión de Roman. Tampoco por Aylin. Pero los cambios estaban ahí, instalándose con una naturalidad peligrosa. Al principio fue una tarde más. Luego dos veces por semana. Ahora, Sasha preguntaba casi a diario si podía ver a Julieta. Ya no la llamaban Miranda. Al menos no en voz alta.Lo más inquietante era eso: que Aylin y Roman también se estaban acostumbrando. A decir “Julieta” sin pensarlo. A integrarla a la conversación como si siempre hubiera estado ahí. Como si no supieran quién era en realidad. Como si esa mujer no hubiese sido la misma que desapareció, mintió, traicionó.Pero estaba logrando su cometido. Con suavidad, con paciencia. Metiéndose en la vida cotidiana sin hacer ruido, instalándose donde antes no tenía permiso.—¿Te molesta si la invito el sábado? —preguntó Sasha esa mañana, sentada en la cocina, mientras removía distraídamente su chocolate caliente.Aylin la observó desde el otro la
Capítulo 121 —La grieta estaba creciendoNarrador:La casa estaba en silencio. Sasha se había encerrado en su cuarto sin terminar de cenar, y Amalia, con su sabiduría de siempre, no hizo preguntas. Roman subió las escaleras despacio, arrastrando una culpa que no venía por lo que dijo, sino por no haberlo visto venir.Cuando abrió la puerta del dormitorio, no la encontró leyendo. No estaba cambiándose. Ni siquiera sentada en la cama.Aylin estaba en el suelo, junto a la ventana, abrazada a sus propias rodillas, con la frente apoyada contra ellas. El llanto era contenido, pero constante. No había sollozos ruidosos, no había palabras. Solo lágrimas cayendo sin pausa.Roman cerró la puerta sin ruido. Se acercó sin decir nada y se agachó frente a ella. No la tocó enseguida. Solo la miró.—Aylin…Ella alzó el rostro apenas. Los ojos estaban rojos, la piel manchada por el llanto.—Estoy bien —murmuró, con una voz que no convencía a nadie.—No lo estás —dijo él, con firmeza, y se sentó frente
Capítulo 122 —No estoy eligiendo entre ustedesNarrador:Aylin manejaba en silencio. No era incómodo, pero tampoco era el silencio de costumbre, ese que a veces compartían cuando estaban cansadas o con sueño. Era uno más frío, más nuevo. Sasha iba en el asiento trasero, los auriculares puestos, la mirada perdida en la ventana.El tráfico era liviano. Aylin redujo la velocidad en una esquina y tomó el desvío habitual hacia el colegio. Quiso hablar, pero no encontró nada casual para decir. Ni el clima, ni las clases, ni siquiera el nuevo invernadero servían de excusa.—Sasha —dijo, con calma, sin girar la cabeza —¿Podemos hablar un segundo?La adolescente se quitó un auricular.—¿Ahora?—Sí, es solo un minuto. —Sasha no respondió, pero tampoco se negó. Esperó en silencio. Aylin no cambió el tono. No lo elevó. No intentó sonar condescendiente. —Sé que no estás cómoda conmigo en este momento. Y no te estoy pidiendo que lo estés. Solo quiero que sepas que estoy tratando de no equivocarme má
Capítulo 123 — Vine a quedarmeNarrador:Miranda llegó a la galería sin avisar. No era la primera vez. Ya lo hacía con frecuencia, amparada en la excusa de ver a Sasha o de dejarle algún libro para el colegio. Esa tarde apareció con una caja pequeña y una sonrisa discreta.Roman la vio apenas cruzó la puerta. Dominic no estaba en la entrada. Tampoco había nadie más que pudiera detenerla.—¿Vienes a dejar algo o a recoger otra cosa? —preguntó él desde el final del pasillo, sin moverse.—Solo quería pasar un momento —respondió ella, alzando la caja —Es para Sasha. Unas cosas que pidió. Nada grave.—Déjalo en recepción.—Preferiría dártelo a ti. Si no te molesta.Roman no contestó. Caminó hacia ella, despacio, con las manos en los bolsillos del pantalón. No había cordialidad en sus gestos. Solo una paciencia que ya no era cortesía.—Ya está bien, Miranda.—¿De qué?—Del jueguito. De las visitas sin avisar. De las frases cuidadas. De ponerte cómoda en una vida que abandonaste hace años.El