Início / Mafia / La mafia del corazón / Capítulo 31 - Capítulo 40
Todos os capítulos do La mafia del corazón: Capítulo 31 - Capítulo 40
46 chapters
Capítulo 31: Dominio
Valentina—Te dije que no iba a parar, —susurró en mi oído, su aliento caliente rozando mi piel, y el temblor que me recorrió fue casi involuntario.Mi cuerpo ya estaba respondiendo a él, traicionándome. Sentí la humedad crecer entre mis piernas, como una señal de que, por mucho que mi mente quisiera escapar, mi cuerpo estaba más que listo para lo que él planeaba hacerme.—Ven aquí, —ordenó suavemente, sin dejar de susurrar en mi oído.Me llevó hacia el sofá, su mano guiándome mientras yo trataba de mantenerme en pie. Mi respiración se aceleraba, mis manos temblaban, pero no era solo por el miedo.Sabía que lo que había hecho; huir de él, solo lo había enfurecido más, y que ahora me enfrentaría a las consecuencias de haberlo desafiado.Parte de mí lo temía, pero otra parte, una que no quería admitir, lo esperaba.—Nicola, —intenté protestar, pero mi voz sonó más débil de lo que pretendía.Me dejó caer suavemente en el sofá, sus movimientos delicados y controlados. Se arrodilló frente
Ler mais
Capítulo 32: Buena chica
ValentinaSentí sus manos recorriendo mi espalda, suavemente, pero con una firmeza que me dejaba sin aliento.No era el toque de alguien que buscaba consolarme, era el toque de alguien que sabía que tenía todo el poder. Su control sobre mí no era solo en la fuerza, si no la certeza de que ya me estaba rindiendo emocionalmente.—Relájate, —ordenó, mientras sus dedos bajaban por mi costado, rozando mi piel.Apenas podía escucharlo, y mi cuerpo reaccionaba a cada uno de sus movimientos, y eso me hacía sentir aún más vulnerable.Mis piernas estaban separadas por la barra, mis manos atadas firmemente a la misma estructura, lo que me dejaba sin posibilidad de moverme más allá de lo que Nicola decidiera.La impotencia de esa situación me quemaba, pero al mismo tiempo, sentía una sensación abrumadora que no podía describir. No era solo miedo, no era solo vulnerabilidad. Era una mezcla de ambas, entrelazadas con una atracción que no quería reconocer.—Ya no hay escapatoria, —continuó él, con s
Ler mais
Capítulo 33: Inevitable
ValentinaMi cuerpo temblaba mientras Nicola me levantaba del sofá.Mis músculos seguían tensos, sintiendo el eco de su castigo, aunque el dolor era mínimo comparado con la sensación de agotamiento que se había apoderado de mí.No pude evitar apoyarme en él, mi respiración irregular, mis piernas todavía un poco débiles por la tensión de todo lo que había pasado.Nicola no dijo nada. Solo me tomó con firmeza, llevándome sin esfuerzo hacia la habitación.Sentí su agarre alrededor de mi cintura, cargándome, y aunque parte de mí aún estaba aturdida por la intensidad del castigo, otra parte se sentía segura en sus brazos.Entramos al baño, y el aroma a lavanda y eucalipto me envolvió apenas cruzamos la puerta. La bañera estaba lista, llena de agua tibia que soltaba pequeñas nubes de vapor. Parecía todo tan delicado, tan diferente a lo que acababa de pasar.—Esto te aliviará, —murmuró Nicola con su tono bajo y autoritario.El agua parecía perfecta, calmante y relajante, pero lo que más me s
Ler mais
Capítulo 34: Familia
ValentinaLlegamos a la cama, y, en un solo movimiento, ambos caímos sobre el colchón, su cuerpo aún sobre el mío.El impacto fue suave, el deseo que lo acompañaba era implacable, un hambre que Nicola no se molestaba en ocultar.Sentía su fuerza, su control, y al mismo tiempo su desesperación, como si cada segundo sin moverse fuera un castigo que no podía soportar.Sus ojos se clavaron en los míos, ese azul profundo que tantas veces me había advertido que Nicola era un hombre peligroso, uno que tomaba lo que quería sin pedir permiso.Esta vez no había palabras, no había advertencias. Solo el deseo absoluto de estar juntos, de entregarnos el uno al otro sin restricciones.—Valentina... —murmuró mi nombre con voz ronca, mientras sus manos se aferraban a mi cabello.Mi cuerpo entero reaccionó a esa simple palabra, mis nervios encendieron una chispa que recorrió cada parte de mí.Empezó a moverse sobre mí, no estaba siendo delicado, pero tampoco era brutal, era un equilibrio perfecto entr
Ler mais
Capítulo 35: Cuando el pasado vuelve
ValentinaAl otro lado de la línea, podía escuchar a mamá gritar emocionada.Su voz aguda cortaba en el fondo de la conversación, ignorando por completo la furia de papá.—¡La fiesta de los Moretti! —exclamó ella. —Vamos a ir, ¿verdad? ¡Por fin, Palermo y sus grandes fiestas!—¿Eres tan idiota que no entiendes lo que significa? —continuó mi padre, su tono cada vez más agresivo. —¡No quiero que nos vean involucrados con ellos!Cerré los ojos un segundo, intentando bloquear sus gritos, pero era imposible.—No fue mi intención, papà, —traté de explicar con la voz apagada. —Solo... solo es mi amiga...—¡Cállate! —gritó, cortando cualquier intento de aclaración.Sentí que mi cuerpo entero se encogía, mi estómago empezó a doler por la ansiedad que se extendía por cada rincón de mí.—No me importa lo que creas que estabas haciendo. —Su voz se volvió más fría, y eso era casi peor que su rabia. —Lo que me importa, Valentina, —continuó, enfatizando cada palabra como si estuviera explicándole al
Ler mais
Capítulo 36: Todo por ella
NicolaEl sonido de las voces en la sala era distante.Frente a mí, los proveedores seguían hablando de cifras, de cargamentos y entregas. Mi mente debería estar al cien por ciento enfocada en la conversación, en las rutas que tomaríamos y en los detalles de las transacciones.Pero no estaba ahí.Mis pensamientos volvían una y otra vez a ella, como lo había estado haciendo durante toda la maldita mañana.Me obligué a mirar los papeles que estaban sobre la mesa. Podía ver los números y gráficos de las entregas de los próximos meses, pero mi atención no estaba en los negocios.No podía.No cuando cada parte de mí seguía pensando en la manera en que Valentina había gemido mi nombre, cómo había sido completamente mía.—Nicola, —la voz de Lorenzo me sacó de mis pensamientos, devolviéndome a la reunión. —¿Qué te parece la propuesta?Mis ojos fríos se encontraron con los de él, pero antes de que pudiera contestar, una notificación llegó a mi teléfono. Un aviso discreto, pero uno que reconocí
Ler mais
Capítulo 37: El té
NicolaLa sostuve así, sin decir nada, solo acariciando su cabello, esperando a que su dolor saliera del todo.Sus lágrimas empaparon mi camisa, pero no me importaba. El mundo entero podía caerse, y no me movería hasta que ella estuviera mejor.Después de horas, sus sollozos se hicieron más suaves, más entrecortados. Pero no me moví. Seguía acariciando su cabello, dándole el espacio que necesitaba.—Nicola... —su voz salió apenas como un susurro, y supe que estaba lista para hablar.—Dime qué está pasando, —susurré, sin mostrar ni una pizca de lo que ya sabía.No debía saber que la había estado escuchando.Ella respiró hondo, su cuerpo aún temblando, y comenzó a contarme.—Mi papà... él siempre... siempre ha sido así, —comenzó, su voz rota por la tristeza. —Todo lo controla. No le importa lo que yo quiero... no le importa cómo me siento. —Su mano se apretó contra mi camisa. —Y, él... él me ha comprometido con Antonio Donati.Cada músculo en mi cuerpo se tensó.Antonio. Ese maldito nom
Ler mais
Capítulo 38: Emboscada
NicolaEl silencio de la habitación estaba roto solo por el suave sonido de nuestras respiraciones, el roce de las sábanas bajo nuestros cuerpos y el latido constante de mi corazón, que parecía acelerarse con cada segundo que pasaba.Valentina estaba acostada a mi lado, su cuerpo entrelazado con el mío, su piel suave tocando la mía de una forma que solo ella podía hacer que me sintiera completo.—Nicola... —susurró, su voz tan baja que parecía un eco dentro de mí.Mis manos viajaban por su espalda desnuda, subiendo desde la curva de su cintura hasta sus hombros, disfrutando cada centímetro de su piel como si fuera la primera vez que la tocaba.Mi boca descendió por su mandíbula, dejándole suaves besos que ella respondía con ligeros suspiros que me hacían temblar.Se giró un poco, quedando de lado mientras mis labios trazaban un camino por su cuello, bajando hasta el hueco de su clavícula. El calor que emanaba de su piel me envolvía, y el simple hecho de tenerla así, tan cerca, tan mía
Ler mais
Capítulo 39: Pizza
Nicola—Nicola... —Su voz suave, tan dulce y despreocupada, me hizo sentir un alivio instantáneo.No estaba en peligro, al menos no físicamente.—¿Estás bien? ¿Pasó algo?—Me siento sola... —dijo ella, sin ninguna conciencia del infierno que estaba pasando de este lado de la línea.—Amore mio, este no es un buen momento... —murmuré, manteniendo mi tono suave, aunque mi mente estaba completamente dividida entre ella y el peligro a mi alrededor.Los disparos comenzaron a rebotar en las cajas y contenedores, y mis hombres devolvían el fuego. Saqué mi arma, apuntando hacia las sombras donde sabía que los enemigos se escondían.—¿No es un buen momento? —Ella se rio, su voz dulce y calmada. —Dijiste que te llamara si necesitaba algo.Sonreí a pesar de la situación, porque sí, a pesar de todo, siempre me haría tiempo para ella. Aunque estuviera jugándome el pellejo en este momento.—Si, lo dije, principessa, —respondí, justo antes de disparar hacia una figura que apareció al otro lado del co
Ler mais
Capítulo 40: La fiesta
ValentinaNicola no me había dejado sola en los días previos a la fiesta, y no me quejaba de eso.Pero a pesar de que disfrutaba de su compañía y constantes atenciones, estaba en pánico, no por los castigos que se esmeraba en hacerme sentir, sino lo que había escuchado.Había oído su charla con su padre. Decir que estaba "listo para casarse" y que lo anunciaría en la fiesta.La sensación de estar atrapada de nuevo, de salir de un hombre deplorable solo para caer en las garras de otro, más peligroso y autoritario, me tenían asfixiada.Sabía que estaba obsesionado conmigo, pero a veces no podía evitar pensar que Antonio, a su manera brutal, al menos había sido directo en cuanto a sus intenciones. Me había arrancado mi virginidad como un animal, sin disfrazarlo de otra cosa.Y ahora, estaba atrapada, otra vez. Y no estaba segura de qué era lo que Nicola quería de mí, no realmente.Bianca casi no había hablado conmigo esos días. Cada vez que intentaba acercarme a ella, había una pared inv
Ler mais
Digitalize o código para ler no App