Ethan observó la expresión en el rostro de Ava cuando la besó. Más él no se quedó con las ganas de besarla en la boca, sus labios, inicialmente tensos, se suavizaron bajo la presión de los suyos, y la respuesta no tardó en llegar. Ava le correspondió con la misma intensidad, enredando sus dedos en su cabello, acercándolo más a ella.Él sonrió contra sus labios, disfrutando del sabor dulce que le dejaban sus besos. Sus manos viajaron por la silueta de Ava, acariciándola con una mezcla de urgencia y adoración. Se acomodó sobre ella, sin dejar de explorar su piel con las yemas de sus dedos.—Ethan... —susurró Ava, con la voz entrecortada, pero sin apartarse.—Mmm... —respondió él, sin intenciones de detenerse.Las manos de Ava se deslizaron por su espalda, como si dudara entre empujarlo o acercarlo más. La calidez de su cuerpo la envolvía, y Ethan ya no pensaba en nada más que en ella.Pero entonces, de la nada, Ava se tensó.—¡Los niños! —exclamó, empujándolo con tal fuerza que Ethan te
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