Bruno bajó con Luca de la mano, mientras Melissa se quedó para darse un baño, además porque sabía que ellos necesitaban el tiempo con el abuelo a solas.Luca caminaba con paso lento, curioso, mirando los techos altos, los cuadros antiguos, y los jarrones que parecían más caros que cualquier cosa que hubiera visto en su vida.—¿Ese señor es el abuelo de verdad? —preguntó en voz baja hacia Bruno como si fuese un secreto.—Sí. Es tu bisabuelo, en realidad, pero todos le dicen abuelo, yo le digo nonno… es como se dice en italiano.Luca no dijo nada más, solo lo miró como si tratara de entender por qué era importante, y por qué su papá estaba tan serio desde que salieron en el avión.Esta vez no se dirigieron al salón, sino al gran jardín de la casa, y cuando Lorenzo notó su llegada, su mirada se suavizó como pocas veces, dejó el bastón a un lado y se acercó unos pasos.Se inclinó un poco hacia delante, con los ojos entrecerrados y lo inspeccionó. Era notable que no se parecía a Bruno, aun
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