LAURADespués de llegar a la hacienda, todo ha sido absolutamente maravilloso. Martín ha logrado hacerme vivir momentos que jamás imaginé. Cada día ha estado lleno de sorpresas, risas, y una calma que nunca había experimentado. El aire en la hacienda tiene algo especial, algo que te envuelve y te hace sentir como si el tiempo pasara más lentamente, permitiéndonos disfrutar de cada instante.El otro día, fuimos a pasear a caballo, y la sensación de estar junto a él, cabalgando entre los campos, fue tan liberadora. Nos reíamos sin preocupaciones, y el viento en mi rostro me hacía sentir más viva que nunca. Pero lo que más me sorprendió fue cómo, en esos momentos, Martín se mostraba diferente. Tan cercano, tan atento, como si quisiera compartir conmigo no solo su tiempo, sino también su mundo, su calma.Por la noche, miramos el cielo negro, cubierto de estrellas, y me tomó de la mano, como si no quisiera soltarme jamás. Nos quedamos ahí, en silencio, admirando ese mar de estrellas que br
Leer más