CAPÍTULO 68. A mano
CAPÍTULO 68. A manoLo veo retroceder y esta mala mujer en mí se siente tan bien que no puedo evitar comprender de una vez por todas a los villanos. Me gusta lastimarlo, me gusta la impotencia y la desesperación en su cara, me gusta que sepa que voy a destruirlo, a desmembrarlo, a convertirlo en polvo que nadie recordará.Y un segundo después mis palabras hacen efecto, Devon está absolutamente fuera de sí, gritando a los tres hombres en la sala como si esta se tratara de una especie de rebelión que no está dispuesto a aceptar.No entiendo qué parte de la jugada no ha comprendido, pero ahí está, furioso, levantando la voz para exigir respuestas que, sinceramente, no le interesan a nadie aquí.—¡¿Por qué no reaccionan?! —les grita, apuntando a Viggo, a Ren, a Christian—. ¿¡Por qué permiten que ella los maneje!? ¡¿Por qué no le dicen nada?! ¡No puede ser que gente como ustedes toleren a una arpía como esta son contraatacar!La rabia se le nota en cada palabra, en cada gesto, pero su idio
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