CAPÍTULO 68. A manoLo veo retroceder y esta mala mujer en mí se siente tan bien que no puedo evitar comprender de una vez por todas a los villanos. Me gusta lastimarlo, me gusta la impotencia y la desesperación en su cara, me gusta que sepa que voy a destruirlo, a desmembrarlo, a convertirlo en polvo que nadie recordará.Y un segundo después mis palabras hacen efecto, Devon está absolutamente fuera de sí, gritando a los tres hombres en la sala como si esta se tratara de una especie de rebelión que no está dispuesto a aceptar.No entiendo qué parte de la jugada no ha comprendido, pero ahí está, furioso, levantando la voz para exigir respuestas que, sinceramente, no le interesan a nadie aquí.—¡¿Por qué no reaccionan?! —les grita, apuntando a Viggo, a Ren, a Christian—. ¿¡Por qué permiten que ella los maneje!? ¡¿Por qué no le dicen nada?! ¡No puede ser que gente como ustedes toleren a una arpía como esta son contraatacar!La rabia se le nota en cada palabra, en cada gesto, pero su idio
CAPÍTULO 69. Reina de reyes.—¿Disculpa? —mis ojos se clavan en Ren con calma porque entiendo que ya no hay marcha atrás.La incredulidad en su rostro solo me provoca una ligera sonrisa, pero Christian es sobradamente el más impulsivo y parece que tiene un punto en el que quiere hacer énfasis.No puedo negarle que después de todo a él fue al único que me mentí a la cara, pero mi actuación de la torpe y pobre asistente ya se terminó y no estoy dispuesta a traerla de regreso.—¡Solo quiero entender qué demonios está pasando! —espeta con un tono lleno de rabia y frustración—. ¿Tuviste un arranque pasional, o solo quieres joder a tu exesposo a costa nuestra? ¿De eso se trata todo esto? ¡¿A qué crees que estás jugando?!Lo miro sin inmutarme, pero a mí no me levanta la voz ni Diosito si se atreviera a bajar en su nube.Camino hasta llegar frente a él y las palabras salen feroces entre mis dientes apretados.—¡Tú no tienes ni la más peregrina idea de lo que estoy haciendo y mucho menos de p
CAPÍTULO 70. Las reglas del juego.El silencio en la sala es casi doloroso, pero al final parece que las deudas, sobre todo las de honor, sí tienen poder en la gente que lo posee, porque Ren es el primero en encajar la realidad y asentir.Se pasa una mano por el cabello, visiblemente agotado, y en su tono de voz parece que ya no aguanta más la presión. Está claro que no quiere seguir en esta sala con toda la tensión flotando en el aire.—Será mejor que retomemos esta reunión otro día —dice con tono neutro—. Si vamos a seguir haciendo negocios, entonces vamos a ponernos serios y a trabajar como se debe —sentencia—. Por mi parte puedes tener la seguridad de que no volveré a equivocarme contigo —añade mirándome a los ojos.Luego se levanta de su asiento y se marcha, y Ruby lo sigue como una sombra sin decir palabra. La señora de los problemas está lista para hacer control de daños. Conociéndola, va a intentar que todo se calme de la mejor manera posible, o sea dándole al maestro de espad
CAPÍTULO 71. La verdadEn qué momento este hombre ha llegado a ser tan importante para mí… no lo sé. Ni siquiera entiendo qué tipo de relación tenemos, si tenemos una o si solo somos dos sobrevivientes lamiéndose las heridas uno al otro mientras tratamos de no ahogarnos con el peso de nuestro dolor.No lo sé.Solo sé que en la mirada de Viggo Massari jamás hay duda cuando se trata de mí.—No me siento engañado, Regina —dice con voz grave y yo levanto una ceja, sorprendida—. Esto… que seas dueña de Crown Capital o analista, o espía corporativa o asistente… nada de eso me importa. Siempre supe que buscabas venganza. Pero en el camino… —Se queda callado, como si pensara en lo que va a decir a continuación—. En el camino he ido entendiendo que lo que estás haciendo no es por un simple divorcio.—No, le respondo. El divorcio me importó poco, quedarme sin nada me importó poco, pero… —Mi boca se detiene, no puedo evitarlo. Es demasiado doloroso revivir todo esto incluso frente al hombre que
CAPÍTULO 72. MíaMe agacho frente a la tumba de mis hijos, el pequeño adorno de flores en mi cabello necesita un mejor lugar, así que lo quito, y lo dejo sobre la piedra fría, rozando con las puntas de los dedos la figura de los ángeles.—Pude escuchar los corazones de mis hijos —murmuro—, de cada uno de ellos. Pude ver sus caritas en las ecografías, sus manitos, sus piecitos. Por eso no puedo parar —le digo a Viggo, sin girarme—. Destruir Trade Link no es suficiente. Arruinar a Devon, eso tampoco es suficiente… Lo quiero muerto. Quiero que Bonnie sufra lo que yo estoy sufriendo. Y no voy a parar hasta que lo consiga.El silencio pesa una tonelada y juro que puedo sentir la rigidez en el cuerpo de Viggo, que puedo sentir esa aura oscura que empieza a rodearlo.—No eres una asesina —me dice y no puedo evitar reírme.Una risa fría destinada a todos esos que me subestiman, incluyéndome a mí misma, y Viggo aprieta los labios cuando me giro para verlo.—Sí, sí lo soy —le contesto—. Todos s
CAPÍTULO 74. Castigo“Eres mía”.Es la frase más aterradora que este hombre puede decirme porque sé que cuando salen de su boca no son palabras vacías. Viggo Massari vivirá por mí, matará por mí, pero esto es lo que quiere a cambio ysi se lo doy sé que no habrá vuelta atrás.Me estremezco contra su boca y lo beso, es mi respuesta, la única, mientras sus brazos me rodean con posesividad. Un segundo después empieza la lucha más feroz y más violenta por desprendernos de toda esta ropa que nos separa.Me da la vuelta bruscamente contra la encimera, apoyo las manos en ella y siento cómo su boca baja por mi espalda siguiendo la línea del cierre sobre mis nalgas. El vestido cae al suelo y siento su erección contra mi trasero como una amenaza.Lo he llevado a sus límites esta noche, está tan furioso, frustrado, dolido, impotente como yo. No puedo imaginar el castigo que viene por esto, pero sé que alguno viene y que tengo que aguantarlo.Me gira de nuevo y atrapa mi boca. Mis manos van a su c
CAPÍTULO 75. Mañana iremos a la guerraMi cabeza cae hacia atrás y no puedo hacer nada para que mi cuerpo no se estremezca de esta manera. Soy suya, en más formas de las que podría imaginar y él lo sabe, yo lo sé, los vecinos de arriba y de abajo deben saber también y es un milagro que no estén llamando a la policía.Siento los labios de Viggo sobre los míos y se me escapa un gemido bajo mientras él saca el demonio vibrador de mi cuerpo y se suelta cada botón del pantalón frente a mí.Esto solo fue el principio, lo sé, y aunque estoy exhausta no quiero que pare, no quiero que termine.Uno de mis pezones está coronado ahora por un piercing circular incrustados en dieciocho diamantes de un quilate en forma de lágrimas y otro todavía un poco mayor. No sangra, es extraño, todo lo que puedo sentir es que estoy a la mitad el viaje necesito la segunda parte desesperadamente.—Todo contigo siempre va a ser así —jadeo dejando caer la cabeza sobre el sillón y ´le me regala una sonrisa descarada
CAPÍTULO 76. Un día diferenteDespierto lentamente, pero no abro los ojos. Mi cuerpo se siente pesado, adolorido, pero la sensación no es desagradable. Viggo está ahí, acariciando mi espalda suavemente, con un ritmo lento que me hace sentir una especie de paz que rara vez tengo. Mi piel reacciona a su toque, el calor de su mano es reconfortante. No me muevo, solo dejo que el momento pase, que su presencia me calme.Es extraño cómo puede hacer que todo lo demás se desvanezca. Su respiración acompaña el vaivén de su mano, y me pregunto si él también está despierto del todo o si está perdido en sus propios pensamientos.No sé cuánto tiempo pasa, pero de repente siento cómo se levanta de la cama. El sonido de sus pasos es suave, casi imperceptible, y luego la puerta de la cocina se cierra ligeramente detrás de él. El olor a café recién hecho empieza a llenarlo todo, y mi estómago reacciona, pero todavía no quiero moverme. Me quedo acurrucada en las sábanas, hasta que finalmente siento que