Todos los capítulos de Esposo Mafioso, quiero el divorcio.: Capítulo 91 - Capítulo 100
113 chapters
91. Dulzura
—Fuego, ¡Prendieron fuego el lugar y nos dejaron encerrados aquí! —gimió Satarah aún en los brazos de su esposo.El ambiente de tristeza cambió por un momento a uno de inquietud y rabia.Dimitry la dejó apoyarse sobre sus pies para que comenzaran a recorrer la pequeña oficina intentando encontrar otra salida.Dimitry sacó su arma y disparó a la cerradura cerrada pero esa no cedió.La habían reforzado específicamente para que no pudieran huir.Su mente corría rápido con la necesidad de sacar a Satarah del lugar mientras la escuchaba toser al otro lado de la habitación. —¡Por aquí hay una ventana! —escuchó el grito de Gian.El humo cada vez se hacía más fuerte mientras que el fuego lamía las paredes arrazándolo todo en cuestión de segundos.La desesperación por salvar a Satarah lo hizo tomarla de la muñeca con brusquedad haciéndola correr hasta el baño donde estaba Gian.Antes de girarse a ver la ventana se quitó la camisa antes de abrir el grifo del lavamanos y mojarla.—Sostenla sobre
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92. Fiesta de Halloween | Primera parte
SIETE AÑOS ATRÁSTarah miró a su alrededor incómoda.La música retumbaba sumamente fuerte golpeando sus oídos.No debería estar festejando Halloween pero ahí estaba.Lya prácticamente la había obligado a ir con ella ya que el centro de la ciudad se activaba para celebrarlo y su mejor amiga también iría así que ambas la convencieron.Lya terminó arreglándola.Su distraz no era nada terrorífico sino sexy, justo como algo que usaría Natalya.Sus pechos se alzaban con el corsé y cuando se había visto al espejo se sentía increíblemente caliente.—¿Ya podemos volver a casa? Siento como si todos estuvieran mirándome las tetas.Lya resopló una risa y negó con la cabeza.—¡No seas aburrida! Si te saqué de ese encierro fue para divertirte, llegaremos temprano, no te preocupes. Satarah asintió sin creerlo demasiado pero aún así siguió a su hermana.Natalya y ella podían ser gemelas pero no se parecían en nada a la hora de actuar. Tarah observó con admiración como su hermana compenetraba con tod
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93. Fiesta de Halloween | Segunda parte
Tarah sintió que cada parte de su cuerpo se erizaba con su cercanía y en medio del brumoso miedo había también lujuria rasgando su autocontrol.Jamás se había sentido de ese modo.Su cuerpo estaba atrapado debajo del suyo masculino, Satarah empujó su pecho pero era demasiado pesado para poder moverlo.—Tú...Sus palabras fueron cortadas por el atrevido toque inesperado de él entre sus piernas. Su manose había colado en la abertura de sus piernas sin pedir permiso como si ella le perteneciera.Sus labios se encontraron con los suyos en un beso dominante y brutal que sacudió cada uno de sus huesos llenándola de un éxtasis inesperado que la puso a temblar. Como si se viera hipnotizada por él, le devolvió el beso con la misma urgencia con la que ese desconocido la besaba.Si en algún otro momento le hubieran dicho que estaba en aquella situación con un hombre desconocido se reiría pero ahora que sus cuerpos se estaban rozando de esa manera, Satarah impulsivamente estaba dejándose acarici
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94. ¿Dónde está Dimitry?
—¿Está bien, señora? —preguntó Ana cuando Satarah entró a la casa.La palidez en su tez era evidente pero se esforzó por mostrarle una sonrisa a la mujer mayor.—Sí, estoy bien. Gracias por preguntar.—¿Dónde está mi hijo? ¿Por qué no está contigo? Ella se detuvo en seco al ver a Yelena.La mujer la recorrió de arriba abajo para después fruncir el ceño.—¿Y quién te trajo, descarada? Ese no era el auto de mi hijo ni de ninguno de los hombres de Dimitry.Satarah entornó los ojos antes de bufar por lo bajo.—Me trajo mi mejor amigo, cuando desperté Dimitry no estaba en el hospital.Ella la miró fijamente como si estuviera pensando algo que la desconcertaba. Aunque Tarah esperaba que se alegrara y se burlara en partes iguales de ella al saberlo.—¿Él no estaba allí?—¿Acaso es una sorpresa para usted? ¿Por qué le interesaría a Dimitry quedarse si no le importo? Usted misma lo dijo el otro día, matrimonio por contrato ¿Lo recuerda? Alguien como yo no le interesa en lo más mínimo a su hij
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95. Desastre
Tarah se sentó frente al mesón en la cocina mientras veía divertida cómo Rashel narraba cómo iba a hacer el merengue para el pie de Dimitry según las indicaciones que ella misma le había dado, ajena a la mirada oscura de su esposo.Dimitry las había estado viendo a ambas embelesado por el sonido compartido de las risas femeninas.Siempre había adorado a su hermana aunque él no supiera demostrar sus sentimientos, pero que hiciera reír a Satarah en ese momento lo hacía adorarla mucho más.Sabía que ahora mismo Tarah debía tener una tormenta en su cabeza y que tarde o temprano tendrían que abordar todas las inquietudes que tenían ambos pero el recuerdo de Satarah destruida llorando aún estaba fresco en su memoria.No quería volver a verla de esa manera y él se aseguraría de hacer todo lo que estuviera en sus manos por salvarla del abismo donde sabía que estaba metida.Más aún por el caos de ese día. Ojalá pudiera meterse a su cabeza y borrarlo.—¿Qué haces ahí? ¡Ayúdame! —chilló Rashel a
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96. Su postre favorito
Cuidadosamente Dimitry la cargó en sus brazos sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo, cuando llegó a su habitación la envolvió en las sábanas mirando su rostro sereno como si no hubiera puesto su mundo en caos desde siempre, más ahora cuando no era capaz de enfrentar la verdad.La sensación de traición que sentía en su pecho se desdibujaba con la del amor hacia Satarah, la devoción por ella que no podía compartir porque no sabía cómo hacerlo, convirtiéndose en una tormenta implacable que no sabía cómo demonios afrontar.Esperaba que ella se lo dijera, estaba dándole tiempo sabiendo por todo lo que había pasado últimamente, entendía lo cansada que estaba y aunque no hubieran tenido demasiado tiempo para hablar él estaba desesperándose por hacerlo.Sabía que en cualquier momento le exigiría que se lo dijera, aunque necesitaba que Satarah diera el primer paso, que confiara en él de una vez por todas. Incluso Ricci lo había sabido antes que él, aunque lo había sospechado.Pero tam
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97. Solo para ti
El corazón de Satarah estaba latiendo rápidamente bajo su pecho.No se había esperado en ningún momento la efusividad de Dimitry pero a pesar de no estar preparada para la lujuria desatada se entregó a ella sin miramientos.Su esposo se quitó la toalla que había estado cubriendo su cuerpo al entrar en la habitación quedando gloriosamente desnudo frente a ella.Tarah no pudo evitar recorrerlo encantada con cada parte de él pero sus ojos se detuvieron en su miembro endurecido.—Regresó el piercing —susurró ella y se estremeció al escuchar risa ronca de Dimitry.Él se arrodilló en el suelo, por el movimiento la falda de su vestido se había subido mostrando su vientre, Dimitry dio una larga mirada excitada por su piel expuesta y rápidamente le quitó las bragas que llevaba para después envolver con sus manos grandes sus muslos abriendo sus piernas ocasionando que Satarah contuviera el aliento.—Solo para ti, Malyshka.No dudó en meter su cabeza entre sus piernas. Por un momento ella se ten
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98. Enemigo poderoso
Dimitry se quedó enmudecido al ver a Satarah salir del baño. Había estado esperándola para que pudieran cenar pero se veía más hermosa que nunca.—Cuando volvamos de la cena te daré mi regalo verdadero, el pie que devoraste egoístamente sin darle a nadie no era el único regalo que tengo para ti.—No. Mi favorito fue el que estuvimos haciendo toda la mañana —dijo Dimitry con un tono ronco haciendo reír a Satarah.—¡No se trata de eso, atrevido!—Maldita sea, ¿Por qué no nos quedamos mejor aquí y pido que traigan la comida a la habitación Malyshka? Quizás sea mejor.Dimitry la atrajo hacia él intentando robarle un beso pero Satarah se rió apartándose para después darle una mirada divertida de advertencia.—Ni siquiera lo pienses. Quiero ver lo que hiciste que hicieran para nosotros aunque yo podía encargarme... ¡Te pusiste la camisa que te regalé! Yo juraba que la habías tirado.Él frunció el ceño antes de negar con la cabeza. —Jamás tiraría algo que me regalaste.Tarah sintió ese cosq
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99. ¿Dónde aprendiste a disparar así?
Satarah vio con horror como asesinaban a uno de los hombres al lado de ella. La sangre la salpicó provocando que gimiera en voz alta.Los gritos estridente resonaron por el lugar y Dimitry enseguida la miró sacando su arma.—¡Al suelo Satarah! Ella le obedeció mientras veía como Dimitry disparaba a los tipos que se habían colado en su casa disfrazándose de meseros.Yelena estaba llorando al lado de Satarah cubriéndose los oídos con las palmas. Ella por un momento se desconcertó al ver a aquella mujer venenosa tan vulnerable.De reojo vio como uno de los hombres se acercaba a Yelena y al ver que comenzaba a levantar su arma, Satarah levantó la que acababa de quitarle al hombre muerto a su lado. Si vacilar disparó a quemarropa sintiendo el peso del arma en sus manos.Yelena gritó horrorizada al ver lo que había pasado y miró a Satarah con los ojos llenos de lágrimas. En sus orbes había sorpresa y agradecimiento pero Tarah no se detuvo mucho tiempo en ella al ver que los ruidos se hacía
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100. ¿Mami?
Shock hipovolémico.Satarah no podía quitarse esas dos palabras de la cabeza inclinó aunque el médico le hubiera dicho que después de la transfusión de sangre Dimitry estaba bien.Valerik lo había llevado a la pequeña clínica que estaba dentro de la casa para estos casos. El medico particular de Dimitry enseguida lo trató y desde ese momento, Tarah no se había despegado de su esposo ni siquiera una sola vez.Podía haber muerto y con solo ese pensamiento su corazón dolía.Ver la palidez en su expresión la hizo sentir culpable. Se reclamó a sí misma que quizás si le hubiera insistido más a Dimitry ella misma lo había curado.Había notado la preocupación en sus orbes pero no pensó que ignorara su estado.Conocía a Dimitry.Algo muy malo debería haber pasado para que él se descuidara así.¿Pero qué?Había perdido demasiada sangre por la bala pero afortunadamente el médico logró estabilizarlo rápidamente pero eso no había sido suficiente para aliviar su angustia.Tarah no supo en qué moment
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