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Todos los capítulos de Reconquistando el amor de mi exesposa: Capítulo 101 - Capítulo 108
108 chapters
Capítulo: Te vas con las manos vacías
Cuando Paz regresó a casa, no pudo evitar detenerse antes de entrar a su habitación.La conversación con Terrance de esa noche todavía retumbaba en su mente, y necesitaba hablar.—Gracias, Terry… lo que hiciste por mí hoy… ¡Fue increíble! —dijo con la voz temblorosa, intentando controlar el nudo en su garganta.Terrance sonrió, su mirada suave, pero intensa, y tomó su mano, llevando su dorso hasta sus labios en un beso tierno.—Haré todo por verte feliz, Paz… te amo, sé que antes dije que nunca, pero ahora sé que te amo de una forma que no había experimentado antes. Y ahora, voy a reconquistar tu amor, paso a paso.Paz sintió su corazón acelerarse.Esas palabras… ese simple "te amo"… habían sido lo que más había deseado escuchar, pero también el mayor conflicto que sentía en su interior.El amor que Terrance le ofrecía ahora era diferente, era real, pero su pasado seguía presente, como una sombra al acecho.—Terry… yo… —sus palabras se ahogaron, el dolor aún latente.Él la miró, compre
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Capítulo: La verdad de un hombre manipulado
—¡Cuide sus palabras, señor Leeman! Recuerde que decir eso son palabras mayores —sentenció el abogado de Terrance, su tono firme, casi amenazante.El ambiente estaba cargado de tensión. Deborah, furiosa, apretó los puños hasta que los nudillos se pusieron blancos.La rabia brotaba de ella como si fuera una corriente imparable.No podía creer lo que estaba escuchando, cómo todo su mundo se desmoronaba a su alrededor, como si una fuerza invisible hubiera arrancado el suelo bajo sus pies.—¡Malditos! ¡Van a pagar por esto, Paz, ¡esto no va a quedar así! —gritó, su voz quebrada por la furia, mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos sin poderse detener!Un silencio mortal se apoderó del lugar, y en ese instante, la figura de una mujer irrumpió en la sala como un huracán.La puerta se abrió, y Amelia Carter apareció, caminando con paso firme, como si no temiera nada, ni a nadie.David giró la cabeza rápidamente, la sorpresa reflejada en su rostro como un espejo roto. ¡Era ella!La muj
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Capítulo: ¡No te puedes casar!
—¡¿Qué has dicho?! —David estalló, la furia en su pecho, desbordándose en un grito que resonó en la sala.En un impulso salvaje, se lanzó sobre el hombre, sus manos, aferrándose al cuello de la camisa de este con una fuerza que parecía capaz de romperlo. El aire se volvió espeso, tenso, como si cada segundo fuera una eternidad.—¡Mienten, David, no le creas! —Linda gritó, pero su voz, quebrada, no conseguía penetrar la tormenta de emociones que estallaban a su alrededor. Su cuerpo temblaba, suplicándole que no creyera lo que estaba por venir.Amelia, con una sonrisa que se deslizó entre sus labios, observaba la escena.Había esperado este momento, saboreaba cada segundo de la angustia que se reflejaba en los ojos de David.—¿De verdad quieres esto? —La voz del hombre cortó el aire como un cuchillo, mientras se soltaba del agarre de David y, con calma inquietante, sacaba su teléfono.Lo sostenía como una sentencia definitiva, como una prueba irrefutable.El brillo de la pantalla iluminó
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Capítulo: No escapes de mí
El aire en la sala se volvió espeso, denso, casi insoportable.Un silencio pesado se coló entre las miradas de todos los presentes.Randall soltó a Bianca de inmediato, y su rostro se transformó en un torbellino de rabia y confusión. Su corazón latía con furia, su mente desbordada por la incomodidad de la situación.—¡Lárgate de aquí, Deborah! —rugió, su voz quebrada por la furia—. ¡No eres bienvenida! ¿Qué diablos haces aquí?La sonrisa de Deborah no era una sonrisa cualquiera. Era la sonrisa del caos, de la venganza y la malicia. Parecía disfrutar del dolor que acababa de sembrar.—¡No te casarás con Bianca! —gritó ella, mirando a los ojos de Randall con una intensidad que congelaba el aire—. Este es tu hijo, ¿lo recuerdas? Fuimos amantes, y nuestra intimidad tuvo consecuencias. ¡Tienes que darle una familia a tu hijo!Esas palabras resonaron como un eco profundo en el pecho de Bianca.La tierra se desplomó bajo sus pies, como si el suelo se hubiera tragado todo lo que alguna vez cre
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Capítulo: El inicio de un amor
Bianca sintió que su mundo se desmoronaba con el roce de sus labios.Randall tenía esa forma de besar, que la desarmaba, que le arrancaba el aliento y la hacía olvidar todo lo que intentaba imponerse.Quería rechazarlo, quería huir de él… pero era imposible.Con esfuerzo, separó sus labios de los de Randall, jadeante, temblorosa.—No… Randall, no confío en ti. Sé que lo único que te importa es salvar la empresa de tu familia, pero yo… yo no estoy segura de nada de lo que siento…Dio media vuelta y se apresuró a abrir la puerta, pero antes de poder salir, Randall la sujetó de la muñeca con firmeza.Sus ojos estaban encendidos, cargados de deseo y algo más profundo… algo que no se atrevía a nombrar.Sin darle tiempo a protestar, la atrajo de nuevo a su cuerpo y devoró sus labios con más pasión, con una urgencia desesperada que hizo que la cartera de Bianca resbalara de su mano y cayera al suelo con un sonido sordo.Su voluntad tambaleó, sus fuerzas se esfumaron.Randall la alzó con faci
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Capítulo: No caeré en tu trampa
Al día siguienteRandall despertó con el primer rayo de sol filtrándose por las cortinas.Sus ojos, aún pesados por el sueño, se posaron en la mujer que yacía a su lado.Bianca dormía plácidamente, con el cabello esparcido sobre la almohada y su piel desnuda iluminada por la suave luz matutina.Su respiración era tranquila, y su expresión reflejaba una dulzura que contrastaba con la tormenta de emociones que él sentía en su interior.Por un instante, su mente viajó al pasado. Recordó todas las veces que la rechazó, los muros que levantó entre ellos con la intención de mantenerla alejada.Ella era más joven, inocente… y él, demasiado roto para permitir que alguien así se acercara.Siempre le pareció peligroso encariñarse con ella, más aún cuando Terrance Eastwood estaba de por medio. Su competencia, su enemigo.Durante años lo odió con cada fibra de su ser, creyendo que le había robado a Deborah, la mujer que alguna vez creyó querer.Pero ahora, mirándola, entendía que había estado cie
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Capítulo: Un corazón bajo las estrellas
Deborah movía los dedos contra su muslo, su mirada clavada en el vacío mientras los pensamientos la asfixiaban.No podía fallar. No ahora.—Él debe ser el padre de mi hijo… —se repetía en su mente, tratando de convencerse.Apretó los dientes.Claro, había estado con Martín en esa época, pero… también con Randall. ¿Cómo era posible que tuviera tan mala suerte?Tal vez estaba apostando demasiado, pero si le salía bien, si Randall cayó en su trampa, todo cambiaría. Su vida cambiaría.Su mirada se tornó calculadora antes de fijarse en él, en su imponente presencia, en esos ojos que una vez la habían mirado con deseo y ahora solo reflejaban desprecio.—¡He dicho que es tu hijo! —espetó con vehemencia—. ¿Acaso vas a negar que éramos amantes?Randall sintió una punzada de rabia.Escuchar a esa mujer decirlo tan descaradamente le revolvió el estómago. Se sintió sucio. Manipulado.Apretó los puños y habló con un tono de acero:—Bien. Si estás tan segura, hagamos la prueba de ADN.Deborah esboz
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Capítulo: Un resultado cambiaría todo o nada
Al día siguienteRandall estaba en el laboratorio, rodeado por su abogado y sus padres.Su expresión era una máscara de frialdad, pero por dentro, un torbellino de emociones lo carcomía.Nunca imaginó encontrarse en esta situación, esperando los resultados de una prueba que podría cambiar su vida para siempre.El sonido de unos tacones resonó en el pasillo.Deborah había llegado, acompañada de su madre, Linda, y el niño.La sonrisa de triunfo en su rostro hizo que Randall apretara los puños.—¡Hagámoslo de una vez! —exigió Deborah con impaciencia.El proceso fue meticuloso.Tomaron muestras de ADN tanto de Randall como del niño, asegurándose de que todo se hiciera con transparencia. No habría lugar para trucos ni manipulaciones.—Los resultados estarán listos en tres días —informó el técnico del laboratorio con voz profesional.El abogado de Randall intervino de inmediato.—Señora Leeman, las pruebas serán trasladadas por personal del laboratorio directamente a mi despacho. Nadie más
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