Aunque su pudor le gritaba a Carmen que detuviera la mano que bajaba, por supervivencia y por instinto, ella sostuvo la mano que apretaba su cuello, evitando que la ahorcara más.—¿Qué no sabes de qué hablo?, no tienes que avergonzarte o simular, Carmen, ya otras en tu lugar han pasado por lo mismo y tú… — Fue declarando Elías.Mientras que Carmen de inmediato pensó en Pamela, la otra asistente, ¿otras han pasado por lo mismo?, ¿qué clase de hombre era este?—Mírate, tú no eres nadie… Eres una simple huérfana, sin papeles, ni procedencia, con estudios medios y sin experiencia alguna, y aquí estás, en mi empresa… Lograste conseguir un buen empleo, uno sin muchas responsabilidades y con un sueldo estúpidamente alto, solo porque Marcus se lo inventó…—¡¿Qué?! — Carmen se detuvo impactada, este trabajo, este puesto, ¿Marcus lo inventó?, ¿por qué él haría algo como eso?—Así es, entonces, ya ambos sabemos lo que quiero decir… No sé qué tan bien te los coj€s o si es que tienes oro
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