Capitulo 66. Ada se encontraba frente a la ventana de su habitación, observando cómo la tormenta arremetía contra las murallas del castillo. La lluvia caía en torrentes, como si el cielo estuviera llorando. La decisión de liberar a su padre, Úrsula y a Andrea no era algo fácil de decidir. Sin embargo, había llegado a la conclusión de que, aunque la sangre la unía a su padre, el dolor que le había infligido en su vida junto a aquellas dos brujas le pesaba aún más. Lukyan, entró en la habitación sin hacer ruido. Se acercó a ella y, en voz baja, le preguntó: —¿Has tomado una decisión, Ada? Ada se giró para enfrentar a Lukyan. Sus ojos, normalmente llenos de determinación, ahora reflejaban una mezcla de tristeza y resolución. —Quiero que se vayan, Lukyan. No quiero estar cerca de ellos después de lo que me hicieron. La liberación no significa perdón; significa que ya no quiero que su oscuridad se cierna sobre mi vida. —Lo entiendo, respondió Lukyan, con voz profunda y firme, —pero
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