Capitulo 65. Después de la marcha del castillo de la madre y el tío de Lukyan la paz regreso al castillo. Ada se estaba adaptando rápidamente a sus nuevas tareas en el castillo, pasaba el día entre maestros de protocolos y saber estar. Pronto se convertiría en la reina del Norte y debía estar preparada. Ada, se encontraba en la sala de protocolo, hasta hace tan solo unas semanas ignoraba que existiera tal sala. Ada se movía con gracia entre los muebles ricamente decorados. Esperaba con ansias a qué su primera clase empezará. El primer maestro que se le había asignado era un anciano llamado Lord Veran. Con un porte majestuoso, parecía haber sido forjado en acero, pero una chispa de dulzura brillaba en sus ojos sabios. —Recuerda, Ada, decía con voz profunda mientras caminaban juntos por los pasillos del castillo, —la dignidad de una reina no se mide solo por su capacidad de gobernar, sino también por su habilidad de conectar con su gente. Cada lobo del reino tiene una historia, un
Capitulo 66. Ada se encontraba frente a la ventana de su habitación, observando cómo la tormenta arremetía contra las murallas del castillo. La lluvia caía en torrentes, como si el cielo estuviera llorando. La decisión de liberar a su padre, Úrsula y a Andrea no era algo fácil de decidir. Sin embargo, había llegado a la conclusión de que, aunque la sangre la unía a su padre, el dolor que le había infligido en su vida junto a aquellas dos brujas le pesaba aún más. Lukyan, entró en la habitación sin hacer ruido. Se acercó a ella y, en voz baja, le preguntó: —¿Has tomado una decisión, Ada? Ada se giró para enfrentar a Lukyan. Sus ojos, normalmente llenos de determinación, ahora reflejaban una mezcla de tristeza y resolución. —Quiero que se vayan, Lukyan. No quiero estar cerca de ellos después de lo que me hicieron. La liberación no significa perdón; significa que ya no quiero que su oscuridad se cierna sobre mi vida. —Lo entiendo, respondió Lukyan, con voz profunda y firme, —pero
Capitulo 67. Manada Blood Moon La luna llena brillaba intensamente en el oscuro cielo nocturno, su luz plateada creando un aura mística sobre el paisaje. El aire, fresco y húmedo, llevaba consigo el aroma del bosque, una mezcla de tierra mojada y hojas descompuestas. Ivan, con los músculos tensos y la mente en llamas, se adentró en las profundidades de la manada de Ajax, sin saber si sería bien recibido o si acabaría enfrentándose a una muerte rápida. Había estado vagando durante semanas, cada día más agobiado por el peso de su desesperación. Su corazón ardía con un deseo profundo de venganza, y no había podido quitarse de la cabeza la imagen de Lukyan acariciando el rostro de Ada, la mujer que debía haber sido sólo suya. Su mente giraba en torno a esos pensamientos y su rabia lo llevaba a buscar aliados, alguien que compartiera su odio hacia su enemigo. Al llegar al claro del centro de la Manada Bloon, Ivan se detuvo un momento. Rugidos de lobos y risas mezcladas llegaban a sus
Capitulo 68. La noche caía lentamente sobre la Manada Blood Moon. Ajax había decidido que Iván se hospedaría en su casa, un imponente edificio de piedra que parecía haber sido extraído de un cuento. Iván se encontraba sentado en la sala de estar, rodeado de una atmósfera tensa, mientras Ajax servía dos copas de un vino tinto exuberante. La charla entre ellos había sido cordial al principio, Ajax no se fiaba de Iván e Iván no se fiaba de Ajax. Pero tenían un propósito común: acabar con Lukyan y arrebatarle a Ada . —Espero que estés cómodo aquí, Iván. dijo Ajax, mientras le pasaba la copa con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Iván se dio cuenta de que ese ofrecimiento venía con cuerdas atadas, y que bajo esa fachada de amistad se ocultaban motivos más oscuros. —Gracias, Ajax. Es realmente un gran gesto de tu parte, respondió Iván, con una mirada que desafiaba la confianza depositada en él. Su pensamiento era claro: en este juego, él era el único ganador y Ajax solo era otro pe
Capitulo 69. El sol se encontraba en su punto más alto, iluminando cada rincón del pueblo de la manada del rey del Norte. Helena caminaba, absorta en sus pensamientos. Ada le había quitado todo con lo que siempre había soñado, necesitaba salir del castillo por unas horas y por qué no, gastar el dinero de Lukyan. Este le había entregado una tarjeta de crédito y no había pedido devolvérsela, así que si ya no podía estar con él al menos gastaría todo su dinero. Había decidido salir sin la compañía de Vladimir, esté últimamente la estaba asfixiando. No dejaba de insistir en que debían pasar página y empezar de cero en otro lugar pero lo que él no entendía es que ella no lo podía aceptar. No se resignaba a perderlo todo y menos a manos de la mugrosa de Ada. Era una tarde como cualquier otra, el aire olía a flores frescas y el murmullo de los comerciantes en el mercado llenaba el ambiente. Pero para Helena, el día no era ordinario. Su mente estaba atrapada entre los recuerdos de un pasado
Capitulo 70. El viento aullaba como un lamento por las colinas que rodeaban el castillo de Lukyan. Ajax había llegado a aquel lugar con una sola misión: descubrir la verdad los puntos débiles de la fortaleza y por qué no también los de Lukyan. Unas semanas atrás había mandado una misiva solicitando una reunión. Con la excusa de los ataques sufridos las últimas semanas por los renegados, con esa excusa había decidido que sería mucho más fácil entrar en el castillo sin levantar sospecha alguna. Además no es que estuviera mintiendo precisamente sobre los disturbios causados por los lobos renegados. Solo omitiría de la ecuación que él ya había conseguido eliminar a todos esos malditos lobos. Tenía que conocer la realidad tras la fachada que Lukyan había construido y, por supuesto, volver a ver a Ada. Todavía no había olvidado como sus soldados se la habían arrebatado el día de su boda. Con su capa negra ondeando al viento, Ajax se acercó a la imponente entrada del castillo apenas llevó
Capítulo 71. Tras la reciente llegada de Andrea a la vida de Helena, está se había convertido en "su nueva mejor amiga y confidente", junto a ella había comenzado a trazar un plan para sembrar la duda en el corazón de Lukyan. Helena había sido la primera en notar el nerviosismo de Lukyan al tener a Ajax hospedado en su castillo. —Los celos son un arma poderosa, Helena, le había susurrado en una de sus sesiones nocturnas de confidencias, mientras se sentaban a la luz de las velas en medio de susurrantes sombras. —Siembra la semilla de la desconfianza y mira cómo florecen los temores en el corazón de un hombre. Helena comprendió la sutileza de aquel consejo. Y así, con el brillo de determinación en sus ojos, se preparó para comenzar el juego de la venganza. La primera fase del plan fue sencilla pero ingeniosa. Unos días después de la reunión de Lukyan con Ajax, Helena encontró un momento propicio para encontrarse con él a solas. Se las arregló para parecer casual, pero había un peso
Capitulo 72. La lluvia caía a cántaros sobre el castillo, sus gotas golpeaban el suelo con fuerza, creando un ritmo constante y monótono. A través de las ventanas empañadas de su despacho, Lukyan observaba el paisaje mientras daba vueltas a su taza de café, sin mirar realmente lo que tenía delante. Su mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos y emociones contradictorias. En su interior, una guerra silenciosa se libraba entre lo que veía y lo que sentía, entre lo que sabía y lo que temía. Helena con la ayuda de Andrea había logrado su cometido. Había sembrado la semilla de la duda en el corazón de Lukyan, una semilla que, alimentada por su propia inseguridad, había crecido rápidamente en un monstruo devorador de confianza. Desde que se había aliado con Andrea había esperado pacientemente el momento adecuado para lanzar su ataque. Un ataque que se basó en su conocimiento de las debilidades de Lukyan: su orgullo, su amor y su desconcierto ante la cercanía entre Ada y Ajax.