Inicio / Romance / Un Matrimonio Para Salvar / Capítulo 31 - Capítulo 34
Todos los capítulos de Un Matrimonio Para Salvar : Capítulo 31 - Capítulo 34
34 chapters
Capítulo 31 1/2
Me sentía como si llevara años en esa silla. El sonido monótono del reloj, la luz pálida del pasillo, los susurros apagados de enfermeras y médicos... todo se mezclaba en un zumbido lejano. Pero cuando vi salir a la enfermera con una leve sonrisa, mi cuerpo reaccionó antes que mi mente. —Ha despertado —dijo ella con suavidad—. Puede pasar, pero le pido que la ayuden a mantener la calma. Está muy débil. No lo pensé dos veces. La habitación era tranquila, apenas iluminada por una lámpara suave. El monitor cardíaco marcaba cada latido como una prueba de que aún estaba conmigo. Kate estaba despierta, recostada con los ojos abiertos, fijos en el techo. Su rostro estaba más pálido que de costumbre, pero su respiración era tranquila. Cuando me acerqué, sus ojos se encontraron con los míos y una lágrima resbaló por su mejilla. —Dimitri... Me senté a su lado, tomé su mano con cuidado. —Aquí estoy, nena. Te tengo. —¿Qué pasó? Su voz era débil, como si hablara desde un lugar muy
Leer más
Capítulo 31 2/2
Pov's Aurora Me quedé en silencio, sentada junto a su cama, observando cómo el rostro de Kate descansaba entre luces tenues y el sonido rítmico del monitor. Dormía profundamente, aunque su respiración no era del todo tranquila. A veces se contraía ligeramente, como si su cuerpo aún luchara contra el recuerdo del impacto. Acaricié su mano. Estaba fría, frágil, y por un momento se sintió como si fuera de cristal. Nunca la había visto así. Kate siempre había sido fuego: decidida, firme, incluso cuando estaba rota por dentro. Pero ahora… ahora parecía tan pequeña. —No te preocupes, Kate —murmuré, sin esperar respuesta—. Todo va a salir bien, te lo prometo. Me levanté para revisar el gotero, luego eché un vistazo rápido al monitor, aunque no entendía mucho de lo que marcaba. No podía quedarme quieta. Algo dentro de mí me decía que si me detenía, si me permitía sentir por completo lo que estaba pasando, me rompería yo también. —Dimitri no tarda —susurré al aire, como si eso me cons
Leer más
Capítulo 32
Todo era un murmullo. Un zumbido lejano, como si el mundo se filtrara a través de una pared de agua. No sabía si estaba soñando o si había despertado en un sueño, uno donde todo dolía sin doler, donde respirar era un esfuerzo y abrir los ojos, una batalla.Lo primero que sentí fue la presión en mi mano. Alguien me sostenía. Una calidez familiar, un ancla en medio de la nada. Abrí los ojos con lentitud y el rostro de Aurora se fue dibujando como si emergiera de una neblina espesa.Su voz. Su mano.“Estás a salvo”, dijo. ¿Estaba?Intenté hablar, pero mi voz era un susurro quebrado. “¿Fue un accidente?”Aunque no supe cuánto tiempo había pasado desde la última vez. La luz era distinta, más clara, más cálida, como si el sol se hubiera colado por alguna ventana invisible. Todo seguía igual y todo era distinto. Mi cuerpo dolía menos, o tal vez me había acostumbrado al dolor. Me sentía pesada, pero no rota.Y por un momento, pensé que lo del bebé había sido solo un sueño.Una pesadilla sembr
Leer más
Capítulo 33
Finalmente me encontraba en casa. Después de una larga semana en el hospital, pude salir de alta no sin antes una serie de cuidados estrictos para mantener con vida a mi bebé."Mi bebé."Ni siquiera podía creer que me encontraba embarazada.Aún me costaba asimilarlo. Sentada en el borde de la cama, con una almohada presionando suavemente mi espalda, pasé mis manos por mi vientre aún plano, como si buscara confirmar que algo estaba creciendo dentro de mí. El silencio de la habitación contrastaba con el bullicio de emociones que llevaba por dentro: miedo, incertidumbre… pero también un destello de esperanza.El doctor había sido claro: necesitaba reposo absoluto, nada de estrés ni movimientos bruscos. Las amenazas de perder al bebé no eran menores. Y aunque mi cuerpo estaba débil, era mi mente la que más me pesaba.Durante los días en el hospital Dimitri , no se apartó de mi lado. Dormía en una silla incómoda, pendiente de cada sonido que hacía, de cada gesto, de cada contracción repent
Leer más
Escanea el código para leer en la APP