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Todos os capítulos do Un Matrimonio Para Salvar : Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21
A la mañana siguiente, el sol apenas comenzaba a filtrarse por las ventanas de mi despacho, pero yo ya estaba en la oficina. La noche había sido interminable. Entre llamadas a mi abogado y a mi equipo de relaciones públicas, había diseñado un plan para enfrentar esta situación. Sabía que el primer paso era encontrar a Luisa. Necesitaba respuestas, y las necesitaba ahora.Cuando la puerta se abrió, Luisa entró con una expresión de falsa tranquilidad. Estaba impecable como siempre, con su vestido ajustado y su cabello perfectamente peinado. Pero detrás de su sonrisa, podía ver la astucia, el cálculo.—Dimitri —dijo con su tono habitual, fingiendo sorpresa—. Me llamaste temprano. ¿Sucede algo?—Siéntate —ordené con frialdad, señalando la silla frente a mi escritorio.Ella pareció vacilar un momento antes de obedecer. Cerré la puerta detrás de ella y me apoyé en el escritorio, cruzando los brazos.—Quiero que me expliques las fotos que publicaste.Su expresión se endureció por un breve se
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Capítulo 22
Cuando Dimitri tomó mi mano frente a todos esos periodistas, sentí que mi mundo daba un giro inesperado. Su tacto era cálido, firme, y por un momento, olvidé dónde estábamos. Su disculpa pública, la forma en que me miró... Era como si todo lo que había reprimido durante semanas saliera a la superficie de golpe.Y luego, me besó.No fue un beso apresurado ni calculado. Fue un beso sincero, lleno de emociones que no había visto venir. Me quedé sin aire, no solo por la intensidad, sino por lo que ese gesto implicaba: Dimitri estaba rompiendo las reglas de nuestro acuerdo, y yo, para mi sorpresa, no podía estar más de acuerdo con eso.Cuando nos separamos, los flashes de las cámaras y el murmullo de los periodistas me devolvieron a la realidad. Mi rostro seguramente estaba rojo, pero mantuve la cabeza en alto. Dimitri aún sostenía mi mano, como si temiera que me fuera a alejar.—Gracias a todos por venir —dijo él con voz firme, ignorando las preguntas que llovían desde la multitud—. Esto
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Capítulo 23
Los días posteriores a la rueda de prensa fueron un torbellino. La prensa no dejó de hablar del beso, de la declaración de Dimitri y, por supuesto, de las fotografías escandalosas que ahora habían sido desmentidas oficialmente. Pero para mí, lo más abrumador no era el interés de los medios, sino aprender a manejar lo que Dimitri y yo estábamos construyendo.Aquella mañana que Dimitri me propuso asistir juntos a una gala benéfica, mi estómago se llenó de nudos.—Es una buena oportunidad para mostrar que estamos unidos —dijo mientras ajustaba su corbata frente al espejo de nuestro cuarto—. Pero no tienes que hacerlo si no estás lista.—No es eso... —respondí, dudando mientras jugueteaba con el cierre de mi vestido—. Es solo que no sé cómo actuar.Él se giró hacia mí, acercándose para tomar mis manos.—Solo sé tú misma, Kate. No tienes que demostrarle nada a nadie. Estamos en esto juntos.Sus palabras, combinadas con la calidez de su mirada, me dieron la fuerza que necesitaba.Esa noche
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Capítulo 24
Habían sido días bastante productivos y movidos. Azad había empezado el colegio y, por las tardes, asistía a sus entrenamientos.Durante ese tiempo, había retomado mis clases en la universidad. Aunque ahora era el centro de atención por ser la esposa de un gran empresario de la ciudad, mi vida seguía siendo bastante normal.—Si ya eres una chef graduada, con título universitario y esposa de un gran empresario, ¿por qué seguir la carrera de administración?Aurora llevaba días repitiéndome lo mismo sin darme tregua.—¿Tiene algo de malo?—No, pero si fuera tú, estaría todos los días en el centro comercial usando esas tarjetas que te dio tu querido esposo.—No soy de esas. —Miré el reloj en mi muñeca—. Y ya debo irme, o llegaré tarde por Azad.Me despedí de ella y salí rápidamente del campus. Afuera, Badu me ayudó a abordar la camioneta y nos dirigimos a las calles de la ciudad.Después de recoger a Azad, él pidió ir a las oficinas para visitar a Elyf. Así lo hicimos y, al llegar, su sec
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Capítulo 25
A la mañana siguiente, desperté envuelta en sus brazos, con la luz del amanecer filtrándose a través de las cortinas. Dimitri aún dormía, su rostro relajado, como si la tensión del día anterior se hubiese disipado entre mis besos.Con cuidado, me deslicé fuera de la cama y tomé su camisa del suelo para ponérmela. Caminé hasta el baño y me miré en el espejo: mi cabello desordenado y el rubor en mis mejillas eran testigos de la intensidad de la noche.Cuando regresé a la habitación, Dimitri se había sentado en la cama, su mirada fija en mí.—¿Por qué te levantas tan temprano? —preguntó con voz ronca.—Tengo que preparar a Azad para la escuela.Se pasó una mano por el cabello, despeinándolo aún más, y sonrió con ese aire despreocupado que me hacía temblar.—Ven aquí —pidió, extendiendo una mano hacia mí.Negué con la cabeza, divertida.—Si voy, no saldré de la cama en toda la mañana.Dimitri rió, pero antes de que pudiera insistir, su teléfono vibró en la mesita de noche. Su expresión ca
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Capítulo 26
La tensión en la sala era evidente. Adelia apretó los labios, su mirada oscilando entre Dimitri y Denis, como si su mente trabajara a toda velocidad para encontrar una forma de retomar el control.—Eso no estaba en los planes —musitó, intentando mantener la compostura.Dimitri la miró con frialdad antes de responder:—El problema, Adelia, es que aquí no se trata de lo que estaba en los planes. Kate es mi esposa y, como tal, tiene tanto derecho a estar aquí como cualquiera de nosotros.Denis sonrió con diversión mientras se acomodaba en su asiento junto a mí.—Bien, ya que todos estamos presentes... —dijo, entrelazando las manos sobre la mesa—. Creo que es hora de discutir lo realmente importante. Quiero que me pongan al día con todo lo relacionado con la compañía antes de tomar cualquier decisión sobre mis acciones.Adelia lo miró con irritación, pero no tuvo más remedio que asentir.—Por supuesto —respondió con una sonrisa tensa—. Aunque, como mencioné antes, había asumido que me dar
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Capítulo 27
Durante el camino, recibí la noticia por parte de Elyf: esta noche habría una cena en casa de la madre de Ferit, y el invitado especial sería Denis.Al llegar a casa, me reciben unos brazos que me encantan y me vuelven loca.—Kate, ¿qué hiciste hoy sin mí?—Pues muchas cosas, pero ninguna divertida —le hago cosquillas en la panza—. Esta noche tenemos una cena en casa de tu abuelita Demet.—La casa de la abuela es muy aburrida... ¿me puedo quedar aquí?—No, tiburoncín —pone puchero—. Debemos ir, porque hay una sorpresa para ti.—¿Una sorpresa? —pregunta emocionado. Asiento con una sonrisa—. ¿Qué es, Kate?—Si te lo digo, ya no sería sorpresa —me cruzo de brazos—. Así que es mejor que dejes tu mochila en tu habitación y empecemos a arreglarnos.⸻El reloj marcaba las siete de la noche. Terminé de alisar la camisa de Azad y acaricié su cabello, dándole los últimos retoques.—Listo, tiburoncín. Es hora de irnos.Tomé su mano y, al salir de la habitación, bajamos las escaleras. Nos encontr
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Capítulo 28
—¡No puedes hablar así, madre! —le grité, con la voz temblando de ira contenida.—¡Claro que puedo! —replicó con frialdad—. Ahora más que nunca estoy segura de que fue un completo error apoyar ese matrimonio. Esa mujer solo busca adueñarse de tu fortuna.Me costaba reconocer a la mujer frente a mí. No era solo dureza, era desprecio. Un juicio cruel e injusto.—¿Has perdido la cabeza? ¡Ni siquiera conoces a Kate para hablar así de ella!—Si ya tienes la custodia de Azad, ¿qué esperas para divorciarte de ella?—No es tan fácil como crees. No puedo hacerlo ahora, podrían quitármelo otra vez.—Entonces, ¿qué es ella para ti? ¿Un trámite?—Tú no sabes nada madre y tampoco te lo diré porque basta con lo que sabemos y sentimos ella y yo. —Sé suficiente. Tiene esa sonrisa manipuladora y el descaro para ocupar un lugar que no le corresponde.—Tú no tienes derecho a decidir quién sí y quién no en mi vida —me crucé de brazos, pero por dentro estaba quebrado —. No me divorciaré de Kate porque de
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Capítulo 29
Aurora había salido a trabajar temprano. La casa estaba en completo silencio, ese tipo de silencio que no reconforta... sino que te obliga a pensar.Había dormido poco y mal. Cada vez que cerraba los ojos, escuchaba la voz de Demet repitiendo esas palabras crueles, pero lo que más dolía no eran sus ofensas. Lo que me destrozaba era el silencio de Dimitri. La forma en que su madre lo humillaba, y él... simplemente se quedaba allí, sin decir nada.Yo temblaba. No de miedo, sino de decepción. No era la primera vez que el mundo me señalaba, pero sí era la primera vez que quien más debía defenderme, me había fallado.Unos golpes suaves en la puerta me sacaron de mi ensimismamiento.No pregunté quién era. Ya lo sabía.Caminé lentamente hasta la puerta. Abrí.Y ahí estaba él..Ojeroso. Con la misma ropa de la noche anterior. La camisa arrugada. Y los ojos... esos ojos que antes me miraban intensamente hoy me buscaban con culpa.—Kate —susurró, como si mi nombre doliera.Me hice a un lado pa
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Capítulo 30
Había sido una semana larga y completamente insoportable.Azad no dejaba de preguntar por Kate. Elyf, para calmarlo un poco, decidió llevárselo unos días a casa de mis tíos, con la esperanza de mantenerlo alejado de todo este problema.A estas alturas, el mundo entero me irritaba. Solo quería de vuelta a la mujer que amaba.—¿Pensando en ella? —La voz de Elyf me sacó de mis pensamientos—. Luces pésimamente mal desde que no está a tu lado.Pasé las manos por mi rostro en señal de frustración y suspiré profundamente.—Necesito recuperar a mi mujer, Elyf. La necesito de vuelta en casa, junto a Azad y a mí.Unos golpes en la puerta nos interrumpieron. Di autorización para que entraran y observé a Susana, que lucía visiblemente nerviosa.—¿Qué pasa, Susana?—Lamento interrumpir, señor. Pero la secretaria de la señorita Elyf la requiere con urgencia... La señora Demet está en su oficina, en una acalorada discusión con la señora Kate.Me levanté de inmediato y salí de mi oficina a toda prisa
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