No había podido dormir en toda la noche. La ansiedad me tenía al borde, revisando las noticias cada pocos minutos con la esperanza de encontrar alguna actualización sobre Azad y su madre. Pero nada. Silencio absoluto.Al amanecer, no pude soportar más la espera. Salí de inmediato rumbo a la casa del señor Yilmaz, buscando algo, cualquier cosa que me diera paz. Al llegar, me encuentro con uno de los guardias de seguridad.—Señorita Kate, tal vez debería tomarse el día. El señor Yilmaz no ha vuelto desde anoche, y no creo que regrese pronto.—¿Sabe algo sobre Azad y su madre? —pregunté, con la voz temblorosa.—No, señorita... Solo rezo para que se recuperen.Tragué saliva, sintiendo cómo mi corazón se contraía. —Voy a preparar algo para nosotros. La angustia me está matando en casa, y aquí al menos puedo hacer algo.Él asintió, comprensivo. Caminé hacia la cocina y comencé a preparar el menú del día con las manos temblorosas, cada corte, cada mezcla, una distracción para mis pensamient
Leer más