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Todos os capítulos do Lisana: Capítulo 51 - Capítulo 60
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Capítulo 51: Cruzando Líneas 
Mateo salió del hospital sin autorización, aún no lo habían dado de alta, el encierro lo estaba volviendo loco. Tomó un taxi y le pidió al chofer que condujera sin rumbo, con las manos tensas sobre el teléfono y el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Las luces de la ciudad pasaban como destellos borrosos frente a sus ojos, pero él apenas las notaba. Su mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos que lo arrastraba más y más hacia el abismo de la incertidumbre."Una semana." Las palabras de Clara resonaban en su cabeza como un eco incesante. Le había hecho una promesa, y sabía que cumplirla era su única oportunidad de salvar la relación. Pero cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que no tenía idea de cómo deshacerse de Dana sin causar un daño irreparable.Angustia. Eso era lo que sentía en cada fibra de su s
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Capítulo 52: El Umbral de lo Inesperado
Mateo aún recordaba la noche en que Dana y él llegaron a esa ciudad. Había tratado de mantenerse tranquilo, confiando en que ella haría lo correcto, pero las horas habían pasado con una lentitud insoportable, cada segundo un recordatorio de la ausencia de su hija. Ahora, al verla de pie en la habitación del hospital, con una maleta a su lado y una expresión que él no podía descifrar, su corazón latió con fuerza, mezclando alegría, alivio y un inexplicable miedo.Todo había comenzado con una llamada. La noche anterior, Zoraida había traído noticias que no podían ser ignoradas: la investigación en Caracas había tomado un giro crucial. Dana estaba con él, sosteniendo su mano con fuerza, como si esa conexión pudiera mantenerlo anclado al mundo mientras su cuerpo luchaba por sanar. Mateo había visto la determinación en sus ojos, la
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Capítulo 53: La Noche de las Promesas
Clara estaba feliz, radiante. Algo en su interior le decía que la noticia que Mateo le daría era justo lo que ella había estado esperando, como si las piezas finalmente fueran a encajar en el rompecabezas de su vida. Inmersa en el amor profundo que sentía por él, decidió crear la atmósfera perfecta para ese momento tan esperado.Con una sonrisa en el rostro, buscó en su lista de reproducción aquellas canciones que hablaban de promesas, de eternidad y de la magia del amor. Al subir el volumen, la melodía llenó cada rincón de la casa, impregnando el ambiente   de una energía cálida y romántica. Clara tarareaba suavemente mientras se dedicaba a arreglar la casa, poniéndole atención a cada detalle, como si quisiera que todo reflejara su felicidad.El dormitorio, en especial, se convirtió en su centro de atención. Ajustó las cortinas p
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Capítulo 54: Decisiones al Umbral
Cuando finalmente llegó a la puerta de su casa, Mateo sintió cómo sus pasos se volvían cada vez más pesados, como si el aire mismo conspirara para detenerlo. Llevaba en una mano un ramo de flores frescas y en la otra una botella de champán, símbolos de reconciliación y esperanza. Las luces cálidas que se filtraban por las ventanas le parecían un contraste cruel con el tumulto que llevaba dentro, pero también una promesa de lo que podría ser.Tragó saliva, intentando recuperar el control de su respiración, y tocó el timbre con una mano temblorosa. Su corazón latió con tal fuerza que temió que cualquiera pudiera escucharlo.Unos segundos de silencio -largos como una eternidad- precedieron el suave sonido de la cerradura girando. La puerta se abrió lentamente y ahí estaba ella. Clara, con un vestido que parecía elegido cuidadosamen
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Capítulo 55: Al Borde del Abismo
El aire en la habitación estaba cargado, como si el tiempo hubiera decidido detenerse en ese preciso instante, esperando lo que vendría a continuación. Mateo y Clara se habían quedado inmóviles, atrapados entre la promesa de lo que sus corazones deseaban y el abismo del miedo que se abría ante ellos. El beso, intenso y cargado de emociones reprimidas, marcó un antes y un después, y todo parecía más confuso que nunca.Clara, con la respiración aún entrecortada, se separó lentamente de Mateo, sus ojos buscando respuesta en los suyos. La habitación, que antes parecía un refugio cálido, luego se sintió como un lugar lleno de sombras, un espacio donde las palabras parecían insuficientes para lo que ambos necesitaban entender.-¿Qué estamos haciendo, Mateo? -preguntó Clara, su voz suave, pero temblorosa, como si temiera lo que podr&ia
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Capítulo 56: La Fragilidad del Vínculo 
Mateo y Clara se separaron lentamente, sus cuerpos aun resonando con la energía del momento que acababan de compartir. El aire se sentía diferente, más ligero, como si lo que acababa de suceder los hubiera unido de una manera irrevocable. El tiempo parecía haberse detenido durante ese beso, pero ahora regresaba con suavidad, trayendo consigo la realidad de lo que aún debía resolverse.Clara estaba recostada en el sofá, mirando el techo, su mente aun volando entre los recuerdos del beso y las emociones intensas que había sentido. Mateo permanecía de pie, a pocos pasos de ella, observándola con una sonrisa sincera, casi como si no quisiera que ese momento terminara. La música suave seguía sonando de fondo, creando una atmósfera tranquila, pero la fragilidad del momento los envolvía, haciéndolo aún más especial.-Se te va a hacer tarde, dijo Clara finalmente,
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Capítulo 57: Despertar de un Sueño
Clara despertó lentamente, el suave brillo del sol se colaba entre las cortinas, bañando la habitación con una luz cálida y tenue. Había pasado la noche en vela, atrapada en un torbellino de pensamientos y emociones, como si el tiempo hubiera decidido desvanecerse. No podía recordar si realmente había dormido o si lo que había vivido la noche anterior -el abrazo de Mateo, el beso y las caricias que habían dejado una huella indeleble en su alma- eral parte de un sueño. Un sueño que, a pesar de su belleza, temía que se desvaneciera en el momento en que abriera los ojos.Se incorporó lentamente, el cuerpo aún cargado de esa energía vibrante que solo se experimenta después de un momento tan intenso. Sus pensamientos danzaban entre la calma de la mañana y la tormenta de sentimientos que no lograba ordenar. Sabía que lo que había comenzado con Mateo era
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Capítulo 58: La Espera Insoportable
Dana no podía dejar de mirar el teléfono. Su dedo recorría una y otra vez la pantalla, buscando alguna respuesta que nunca llegaba. La sensación de incomodidad, de no saber qué estaba pasando, se apoderaba de ella. "¿Por qué Mateo no le respondió?" Había llamado varias veces, pero el sonido vacío de las llamadas sin contestar le llegaba como un golpe sordo, una sensación de angustia que no podía sacudir."¿Qué está pasando, Mateo? ¿Dónde estás?", pensaba, mientras sentía cómo el silencio se llenaba de dudas. "¿Acaso hay algo que no me estás diciendo?".Había pasado la mañana esperando alguna señal de Mateo, un mensaje, una llamada, pero nada. El vacío en su pecho se hacía cada vez más grande. Sabía que algo no estaba bien, que había algo más que él no l
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Capítulo 59: El Llamado de Lisana
Era una tarde fría y gris cuando Clara recibió la llamada. Sentada en el sofá de su pequeño apartamento, había cerrado los ojos por un momento, dejando que el silencio de la habitación calmara la tensión de un día interminable. El teléfono vibró contra la mesa de madera, un sonido que rompió la paz momentánea. Al abrir los ojos, su corazón dio un pequeño vuelco al leer el nombre en la pantalla: Lisana.Clara suspiró profundamente antes de contestar. Lisana no era alguien con quien hablara con frecuencia, y cada vez que lo hacía, la conversación traía consigo un cúmulo de incertidumbre. Descolgó, llevando el teléfono al oído.-Clara, ¿cómo estás? -La voz de Lisana sonó extrañamente cálida, casi afectuosa. Pero Clara sabía que detrás de esa amabilidad se ocultaba algo
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Capítulo 60: El Vacío
Mateo no sabía cuánto tiempo había pasado desde que Clara se fue. Podía sentir la ausencia de ella como una sombra que lo perseguía, una presión constante en su pecho, como si alguien hubiera vaciado el aire a su alrededor, dejándolo atrapado en una burbuja de desesperación. La luz de la tarde se filtraba débilmente a través de las cortinas, pero ni siquiera eso lograba aliviar la oscuridad que invadía su mente.Se encontraba atrapado en una espiral de contradicciones. El deseo de llamarla, de escuchar su voz y pedirle una explicación, era casi insoportable. Pero, a pesar de esa necesidad, algo lo detenía. La rabia, el miedo a una respuesta que no estaba preparado para enfrentar, o quizás, el simple temor a que sus palabras no significaran nada para ella. No podía arriesgarse a una conversación que solo lo hundiera más en el abismo de la incertidumbre.En
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