El aire en la habitación estaba cargado, como si el tiempo hubiera decidido detenerse en ese preciso instante, esperando lo que vendría a continuación. Mateo y Clara se habían quedado inmóviles, atrapados entre la promesa de lo que sus corazones deseaban y el abismo del miedo que se abría ante ellos. El beso, intenso y cargado de emociones reprimidas, marcó un antes y un después, y todo parecía más confuso que nunca.Clara, con la respiración aún entrecortada, se separó lentamente de Mateo, sus ojos buscando respuesta en los suyos. La habitación, que antes parecía un refugio cálido, luego se sintió como un lugar lleno de sombras, un espacio donde las palabras parecían insuficientes para lo que ambos necesitaban entender.-¿Qué estamos haciendo, Mateo? -preguntó Clara, su voz suave, pero temblorosa, como si temiera lo que podr&ia
Ler mais