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Todos los capítulos de LA TESIS DE LA MAFIA: Capítulo 31 - Capítulo 36
36 chapters
Capítulo 31
Desde ese día, Calógero se dispuso a aprender todo lo necesario relacionado con la crianza, sobre todo, de un infante de cinco años. Lo hizo con verdadera devoción, de tal manera que a Consuelo no le quedó otra alternativa que admitirlo, y que realmente había puesto empeño en ello. Con el paso de los días pensó seriamente en considerar si valdría la pena darle una segunda oportunidad a su esposo. No estaba segura del todo, pero por lo menos ya admitía el reflexionar al respecto y eso podía considerarse un avance.A pesar de que en lo personal avanzaba aparentemente favorable, Calógero no perdía el contacto con los negocios. Por el contrario, las noticias que le llegaban de América no eran del todo buenas. Una parte de la organización que se mantenía clandestina era el jefe de esa rama, alguien muy inteligente para todo lo relacionado con el mal.E
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Capítulo 32
Salvatore Miliani, previa extensas conversaciones con Calógero, consideraron que, para fortalecer el negocio, debían unir los intereses con los grupos ilegales subversivos internos y ambas partes llegar a una media conveniente para lado y lado. Decidieron en principio llegar a unas arriesgadas alianzas con algunos de esos grupos armados que luchaban en la clandestinidad con el gobierno legalmente establecido.Estos grupos de una supuesta lucha política, fuertemente armados, estaban a su vez divididos en varias facciones y mantenían vínculos no declarados, con transnacionales de varias tendencias ideológicas, pero que, dado su notable crecimiento y el reclutamiento creciente y sistemático de miembros que venía realizando, ya conformaban un importante número de elementos con quien contar, pues en número y armamento conformaban casi un ejército no formal. Ya era un asunto que realmente se debía c
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Capítulo 33
Una vez que dejó todo organizado y habiendo pactado acuerdos importantes con Consuelo Daza, se trasladó con ella de Siracusa a Roma en el jet Bombardier Global 8000 de la familia.De Roma seguiría directo a Madrid, para sostener una reunión con un subordinado de la organización, que era el director en la operación europea, y al día siguiente, en viaje sin escalas, hasta la capital del país Sur Americano, donde tendría reunión personal con su Consiglieri. Había pasado un par de meses en el viejo continente, pero le había parecido todo un siglo y debía de iniciar, de inmediato, la actualización de todo lo relacionado con la organización y los pormenores del negocio.En el viaje de retorno, Consuelo acompañó a Calógero hasta Roma y una vez que lo hubo despedido, por ser septiembre, Consuelo Daza decidió subir hacia el nort
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Caítulo 34
Una década atrás, en la región norte del país, ubicada hacia el caribe, un grupo que en unos años tuvo cierta relevancia, siendo reconocida la época como “La bonanza marimbera”. Ésta, como el juego de la oca, había sido una prueba superada y luego dejada rezagada suficientemente hasta casi ser borrados por completo del mapa de esa línea de negocios y que se encontraban clasificados dentro de esa misma tipología, no teniendo otra alternativa para sobrevivir, que ponerse al servicio de la organización emergente, la cual era mucho más poderosa.A comienzos de los años setenta, había alcanzado una notabilidad para ser tenido en cuenta dentro de la variedad de ese espectro, por los volúmenes de mercancía y por los cuantiosos ingresos que se movilizaban.Esos ingresos habían alcanzado niveles realmente escandalosos. Este movimiento, como se hab&i
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Capítulo 35
Calógero Di Vicenzo llamaba mínimo, dos veces al día, a Consuelo Daza a Siracusa, en Sicilia. El, en su poco más de tres décadas de existencia, había logrado una serie de metas que al principio le parecieron imposibles, pero que, en un despliegue de audacia y férrea disciplina, había logrado cumplirlas. Al reflexionar sobre ello, llegó a comprobar que no había sido tan complicado después de todo, solo era «Una cuestión de precisión» como lo había escuchado en una frase de una película de Denzel Washington, Jr. donde conduce un tren desbocado.Incluso el amor, el sentimiento que creyó negado para sí y que lo había destruido en su juventud y el cual pensó que no lo encontraría de nuevo, ahora, le daba alas invisibles para volar por encima de cualquier adversidad.Es cierto que una relación a distancia no es para na
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Capítulo 36
La muerte de Don Giovanni Di Vicenzo, sobrevino tal como se presentía. No quiso moverse de la hacienda donde vivía y más bien a toda prisa, fueron construidas y adaptadas las instalaciones con los equipos más modernos existentes en el mercado, para asistir al anciano.A pesar de que se trajeron a los mejores oncólogos especialistas del país, incluyendo a quien era una eminencia y amigo de infancia de Salvatore, el doctor Morales Blanco, en otras palabras, lo mejor que el dinero pudo contratar, el implacable mal, avanzó sin contemplaciones y en poco tiempo lo redujo, dejándolo indefenso y solo, a las puertas del sepulcro.Dados sus principios católicos, apostólicos y romanos, alcanzó a confesarse por última vez y el propio señor Obispo, amigo personal y confidente por muchos años, lo asistió en sus últimos momentos imponiéndole, incluso, los santos &oac
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