Capítulo 22.
El vestido negro de Harper que ahora lo usaba sin abrigo seguía su rígido gusto por la elegancia femenina, sus guantes de cuero, un poco más gruesos, mantenían esa refinada imagen al sentarse en la mesa del restaurante, en donde se reuniría con el próximo comprador, al haber arreglado la cita en esa ciudad. Llamó al mesero, le entregó un papel, pidiendo que estuviera pendiente de su mesa por cualquier eventualidad. El mesero afirmó que lo haría, dejándola sola para ir por su café. La noticia en el periódico que leía captó su interés, en este se mostraba los contratos cancelados de varias actrices que estaban siendo vetadas por rumores de todo tipo. Aunque ella sabía la razón real de todo. Podría sentirse culpable, dejar que esa idea de haber sido injusta creciera en ella, pero, no lo haría. Las personas que se definían buenas, no siempre debían tener el ideal de dejarse pisotear para sentir que lo eran. Lo pensó algunas veces, nunca hizo nada cuando las humillaciones llegaron, sól
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