Capítulo 113.
—¿Tu manera de calmarme es con amenazas? Porque te adelanto, no me interesan— le lanzó un rodillazo que Mateo esquivó por poco. El vestido le impedía extender más el pie, pero no dejó de pelear con él. Si creía que iba a dejarlo… Mateo se quitó la camisa, alzándose sobre ella, para limitar sus manos aún más. Harper sintió su nariz y labios tocar la piel entintada de su hombro, además del aroma que éste desprendía. Sus piernas se cerraron automáticamente, sus manos fueron amarradas con la tela y para cuándo Mateo volvió a verla a los ojos, ella apenas podía conectar dos ideas. La imagen era de temer, un motivo más que suficiente para quererlo lejos. Era tan ilógico que le gustara alguien tan…era la maldad pura. Lo sabía y en lugar de repudiarlo… —Mi manera de calmarte nunca será con amenazas— dijo sobre su boca, deslizando las manos por su cintura. —No las hago. No me interesa hacerlas, y menos cuando se trata de una mujer que no asimila a quién tiene frente a ella—, el aliento cali
Leer más