LEER CON DISCRECIÓNPHOEBELas palabras de Aida me golpearon como una cachetada. —Ay, no. —dije sentándome sobre la cama. —Ay, sí. Entiendo que se te olvidara completamente la primera vez, ¿pero y esta? Debes estar loca por el hombre para causar que la mente se te nuble hasta ese punto. —No tenía excusa, porque esa era la verdad, estar con Omar era olvidarme de todos mis problemas y de todo en general—. Primero que nada, debes calmarte. Segundo debes pensar en que es lo que sientes por el hombre. Él ha sido claro con sus intenciones, la persona que tiene el problema en aceptar eres tú.—¿Pero y si estoy embarazada que voy hacer? —pregunté con un escalofrío recorriendo mi interior. —Yo puedo casi asegurar, no tengo pruebas, pero estoy segura. Me imagino que esa noche no fue de una vez. Un hombre con su estamina, no es de un tiro y mira que en su familia salen de a dos o tres y hasta caminando los pequeños. —dijo y no fue hasta que estalló en una carcajada que salí del eco que hicier
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