La conversación con Angelo Paulini durante el almuerzo, se torna bastante agradable para Antonella. Su jefe parece ser un hombre, no sólo honesto e inteligente, sino además de ello, muy respetuoso. Minutos después, retornan a la empresa, ella se dirige a su oficina, mientras su jefe aguarda por uno de sus proveedores. Sin embargo, en ese preciso instante, recibe una llamada importante, que lo obliga a retirarse dejando a su nueva administradora a cargo de recibir la mercancía. —Te dejo a cargo, Antonella; debo resolver un asunto familiar. —No se preocupe, yo me ocupo de recibir la mercancía. —Gracias, Antonella. —suspira, sintiéndose aliviado— Has llegado a esta empresa como una especie de ángel caído del cielo. La pelirrubia sonríe levemente, mientras su jefe toma las llaves de su coche y sale del local. Se dispone a subir a su oficina, cuando un par de segundos después de su jefe retirarse, se detiene un camión de licores frente a la edificación. Antonella se regresa pa
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