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Todos los capítulos de Un pacto con el Alfa Kingsley: Capítulo 11 - Capítulo 20
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Capítulo 11: De brazos cruzados.
Narra Cyrus:Esa noche, vi como Dalila caminó de la mano de ese maldito Rey Alfa mientras abandonaba mis tierras.Ella estaba sonriendo.Golpee el trono de mi padre que ahora me pertenecía a mí. Lo golpee tan fuerte que una parte de él se rompió.Dalila no podía ser la Luna de la manada Soluna, ¿Qué en los nueve infiernos había hecho que el maldito Rey Alfa se fijara en ella?, no pude evitar preguntarme a mí mismo. Aquello era inaceptable, aquello era inaudito, y no iba a permitirlo.Toda su vida Dalila me había amado tan solo a mí…y de ninguna manera podría aceptar que ella tan solo dejara de hacerlo.—Cyrus, ¿Por qué lo has hecho?, ¿Por qué querías impedir que el Rey Kingsley se llevara a esa perra? — Antonia me cuestionó, ella estaba furiosa.Yo la tomé por el cuello. — No me cuestiones, tu solo eres mi hembra y tu único deber es calentar mi cama y darme a mi heredero, no te permito cuestionarme, Antonia. — le dije y luego la deje caer al suelo.—¿Qué pasa contigo?, ¿Esto es por el
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Capítulo 12: La noche de tormenta.
Narra Elikai:—Señor, es bueno saber que ha encontrado a una compañera, su padre estará muy complacido… — decía Sandro, una integrante de mi manada, al otro lado de la línea.—No hago esto por mi padre ni por lo que él espera de mí. — interrumpí. — Llegaremos por la mañana a mi lugar, así que más vale que la mansión esté preparada. Visitaré a mis padres en otra ocasión, por ahora, no quiero que les digas nada aun, que quede bien entendido. — le ordené.Durante un momento, hubo silencio, por supuesto, Sandro era una cazadora experimentada, y la niñera que me había sido asignada para cuidarme las espaldas cuando deje los dominios principales de mis padres, como era de esperarse, siempre se había mantenido fiel a mi padre desde que era una niña.—Queda entendido, mi señor, solo le recuerdo que el concilio con los vampiros aliados será dentro de dos meses, y que todos esperan que para entonces su Luna lleve su marca…el señor Artem está ansioso por volver a verlo. — dijo Sandro con diligen
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Capítulo 13: Entre la mente y el corazón.
Narra Dalila:Aquella noche, escuche una vieja canción de cuna que me traía memorias de tiempos tan lejanos que parecían más un sueño fugaz…aquella canción que mi padre me cantaba en las noches de tormenta para tranquilizarme, y que hablaba de dos amantes, el sol y la luna, que se encontraban en sus caminos.Aquella voz varonil parecía lejana, tan queda que parecía más un susurro, y la fuerte mano masculina de alguien, me acariciaba el cabello intentando calmarme como una vez lo hizo mi padre. Sentí como mis ojos se me llenaron de lágrimas, y al abrirlos, pude ver el hermoso rostro del Rey Kingsley tan cercano al mío, que sentí estremecer. Los suyos, aquellos particulares ojos de dos colores, estaban cerrados, y él estaba a punto de quedarse dormido.El era quien me estaba cantando.Escuche el estruendo de un relámpago cimbrando las ventanas de mi habitación, y aun a pesar de que no dormiríamos juntos aun, allí estaba el, el hermoso Alfa Kingsley, con un rastro de sufrimiento y angust
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Capítulo 14: Mantenerse fiel al pacto.
Narra Elikai: EL olor al pino y el abedul de mis tierras, me trajo recuerdos llenos de nostalgias. La mansión Kingsley entre las montañas, seguía tan solemne e imponente como había sido desde los tiempos de mis ancestros. Aquel lugar había sido el refugio de mi padre y madre cuando el decidió tomarla, y también, fue el lugar en donde la manada original de los Kingsley cometió su traición. Ahora, ese tiempo ya había pasado, y aquel era mi territorio, el sitio en donde me había establecido cuando decidí apartarme de mis padres. Y aquella mansión entre las montañas, seria el lugar en donde vería nacer a mi hijo…y donde deseaba pasar el resto de mi vida junto a Dalila. —Es un lugar hermoso… — dijo Dalila mientras admiraba el esplendor nevado del exterior de mi mansión. Ella estaba usando un hermoso abrigo que había comprado para ella, y sus mejillas estaban tan rosadas por el frio, que le daban una apariencia casi angelical. Su piel supremamente blanca, lucia mas hermosa rodeada de la
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Capítulo 15: Condiciones.
Narra Dalila:“Solo mantente firme al pacto”Elikai Kingsley, el Rey Alfa, me había dicho aquello. Un mar de dudas me cruzó por la mente, en el instante mismo en que lo vi caminar hacia la servidumbre que bajaba a recibirlo.Mi corazón latía con demasiada fuerza, tanto, que realmente creí que en un instante me estallaría dentro del pecho. Aquella daga que aquel Alfa había dejado en mis manos para que fuese yo quien le quitase la vida, estaba afiliada, y el olor del acero mezclado con el inconfundible aroma del acónito, me decía que, efectivamente, era un arma de cazador.¿Por qué el Rey Alfa tenía tal cosa en su poder?, y, aún más que solo eso, ¿Por qué quería que yo la utilizará en el?, ¿A qué se refería con liberarlo?El aroma inconfundible de un humano me llegó, y con asombro pude ver qué, varios de aquellos sirvientes, eran, en efecto, seres humanos. Entre ellos, sin embargo, destacaba un aroma en particular, el de una mujer…el de una cazadora. Los cazadores humanos tenían un olor
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Capítulo 16: Secretos.
Narra Antonia:Era de mi noche de nuevo, y esperaba ansiosa por mi hombre…el Alfa Cyrus. Sin embargo, igual que las últimas noches, el nuevamente se encontraba fumando un cigarrillo en el balcón de nuestra alcoba, mientras miraba atentamente a la luna. Últimamente no hacía nada más.— Cariño, ven a la cama, tengo ganas de ti… — le dije esperando a que me respondiera, pero nuevamente no lo hizo.Lo vi cerrar los ventanales para quedarse solo en el balcón, ignorándome, y apreté mis puños bajo las sabanas…era por esa m*****a, estaba segura de ello, todo eso era por Dalila. Desde que ella había partido colgada del brazo del Rey Kingsley, Cyrus estaba melancólico e insoportable, apenas hablaba conmigo y prefería estar solo con sus pensamientos, y, por supuesto, yo no soy estúpida, resultaba obvio que tan solo estaba pensando en ella; Cyrus desde que era muy joven había puesto sus ojos en esa asquerosa mestiza, en sus ojos de color repugnante. Dalila no era nada mas que la hija de un ser hum
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Capítulo 17: El camisón.
Narra Dalila: Aquella noche, el viento se sentía diferente. En medio de las montañas, el frío calaba en los huesos, y simplemente no podría imaginar el cómo sería si tuviese que enfrentarlo en las mismas condiciones en las que había estado siempre. Era invierno, aquella época del año que más aborrecía, cuando sentía que los vientos helados se me enterraban como agujas en la piel, y desesperadamente tenía que encontrar calor. Entre de nuevo a la habitación, y me senté sobre la cama. El fuego en la chimenea danzaba salvaje, y emanaba una luz cálida de tonos rojizos y naranjas que se coloreaba en las paredes blancas…no hacía frío allí.Mis ojos se quedaron fijos en aquella cálida danza de las llamas, y mi piel no me dolía. Las sabanas y mantas eran suaves, calientitas y reconfortantes, y no había razón alguna para temer al invierno, no esta vez, sin embargo, el miedo que sentía a ser sacada de aquella calidez y comodidad, me hacían latir el corazón con fuerza…aquello no pasaría, y aun as
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Capítulo 18: La sublime belleza.
Narra Elikai:Aquella noche había dado comienzo, y el disgusto de una acalorada discusión reciente, me había hecho hervir la sangre.“Tienes que aceptar cuál es tu destino…no huir de él.”Mi padre me había dicho aquellas palabras que me habían enfurecido. Aquella profecía, lo que rezaba sobre mí, marcando “mi destino”, como si no tuviese opción de escoger nada mas en mi camino.Artem Kingsley, el primero en nombrarse Rey Licántropo, el lobo negro quien se enfrentó a un aquelarre inmenso de vampiros, tan solo para defender a mi madre…vivir bajo su sombra, y bajo la de aquella profecía que decía como comenzaría mi vida y como se le pondría fin, era una pesada carga que llevar a cuestas…jamás me había permitido soñar, ni imaginar un futuro, temiendo y sabiendo siempre que aquello no iba a existir.Pero desde el momento en que la había visto a ella, a Dalila, surgió por primera vez algo dentro de mí:El anhelo, y la esperanza.Aquella guerra en contra de esos non muertos, solo traería mi
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Capítulo 19: La pasión que se desborda.
Narra Dalila:Esa noche, sentí como el frio desaparecía, mientras las manos fuertes y firmes del Rey Elikai Kingsley, acariciaban la desnudez de mi espalda…la desnudez de mi cuerpo. Susurré su nombre una vez, y sentí como un escalofrió recorrió mi piel, erizando cada poro, cada sutil vello, mientras las yemas de ese hombre me recorrían entera en un toque suave, pasmoso y lento, como si no quisiera perder detalle de cada relieve y surco de mi existencia.—Tu…Dalila…eres todo para mi…así que jamás vuelvas a decir que no eres hermosa… —Elikai me susurró aquello…y al menos por ese momento, no quise pensar nada más, no quise sentir nada más, ni vivir nada más que en ese instante en donde las manos del Alfa que me tomaría, seguían recorriendo cada sendero de mi piel desnuda haciéndome dejar de lado la natural timidez.—Elikai… — lo nombré en un débil susurró que me brotó del alma mientras me estremecía ante su sutil y casi pecaminoso toque.Me miré en el espejo que me devolvía mi reflejo s
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Capítulo 20: Visitante.
Narra Elikai: El sonido de dos golpes en la puerta interrumpieron aquel momento tan sublime…tan intimo. Gruñí por lo bajo, enormemente molesto con quien fuera que estuviese del otro lado de la puerta. Entonces, sentí cada vello de mi piel erizarse por completo ante aquella presencia que había invadido mis tierras, y el ventanal principal de mis aposentos, se abrió de par de par por la fuerza del viento, y aquel aroma repugnante llegó hasta mi…un vampiro.—¿Que es eso? — escuche que Dalila cuestionó con voz trémula, y la vi cubrirse su delicada desnudez con las sabanas. Instintivamente me posé delante de ella, esperando que aquel intruso mostrara su rostro. Los golpes en la puerta se volvieron mas insistentes, y en un santiamén la misma había quedado derribada dejando ver la figura pálida y casi fantasmal de mi tío, Giles Levana. —Maldito monstruo…dime, ¿Que es lo que estas haciendo tan lejos de casa, Nehemías Sallow? — Giles cuestionó mirando fijamente hacia los ventanales.Una ris
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