Ridículo.Miguel piensa, observando cómo su lobo interior se agita, deseando más. La bestia dentro de él, que siempre anheló control y dominación al igual que él, ahora quiere salir, busca más del toque de Sasha.Recuerda lo que sucedió mientras ella dormía en su cama, cuando él, en su forma lupina, cuidaba de sus heridas. Cuando, inconscientemente, ella acarició su pelaje, sus dedos finos y suaves recorriendo su lomo. El lobo gruñó con satisfacción ante las caricias de la esclava, como si eso fuera...Miguel reprime un gruñido de frustración. La idea de que su bestia, una extensión de su poder y dominio, esté buscando consuelo y afecto de una humana, le resulta intolerable. Los lobos como él son los más fuertes de su especie, destinados a liderar y someter, no a buscar consuelo o cariño. Todo lo que necesitan es sumisión, nada más.Sus ojos vuelven a enfocarse en los movimientos de la mandíbula de Sasha, observando cómo mastica con un placer casi palpable. Sus labios húmedos, cubiert
Leer más