En la actualidad, para los humanos, hombres lobo, vampiros, brujas y dioses no son más que cuentos de hadas. Historias escritas por otros humanos para entretenerse, una forma de pasar el tiempo creyendo que la fantasía y las leyendas son solo producto de la imaginación. Sin embargo, hace muchos años, la realidad era muy diferente. Los humanos no eran los depredadores, sino la presa. Servían de alimento para una raza, de reproducción para otra, de material para rituales, entre otras utilidades. Pero eso quedó en el pasado, un pasado tan remoto que, al escuchar esas historias, las consideran inventos para asustar a los niños antes de dormir. De niña, Helena, la madre de Sasha, una vez le contó una historia sobre una diosa llamada Selene y su hermano gemelo Máni. Ambos competían por el título de Soberano de la Luna. Sasha no recuerda todos los detalles, solo que, al final, la hermana mató al hermano y recibió de su padre Zeus los poderes de la luna, y así creó al primer licántropo. S
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