13. Pecados heredados
Nathan entró al Ivy Club, reconociendo a varias caras importantes en la ciudad mientras avanzaba hasta uno de los salones privados. Odiaba tener que ser sociable y menos con la ropa empapada, pero todo el que lo conocía le abrió paso o le hizo gestos con la cabeza como mucho.Cuando atravesó las puertas dobles, James Kingston dominaba el centro del salón, rodeado de hombres en trajes caros que asentían a cada una de sus palabras. Al verlo, su padre se irguió esbozando una sonrisa tensa, escudriñando sus ojos.—¡Ahí está mi hijo! —Alzó su vaso de cristal tallado hasta que llegó frente a él.A pesar del abrazo y las palmadas fuertes en la espalda parecían de una calidez que nunca había tenido en privado, así que Nathan permaneció inmóvil, esperando que la función terminara.Al soltarlo, James sujetó su rostro entre sus manos callosas, forzándolo a encontrarse con su mirada. Sus ojos brillaban como los de un depredador.—Estoy muy orgulloso de ti, muchacho —declaró James, con un tono cas
Leer más