Capítulo 2La mirada de Ariadna parece perder vida; es como si su corazón se detuviera por un instante.—Eras como una hermana para mí. ¡¿Por qué me hiciste esto?!Luciana no responde; solo repite que ella tendrá al primogénito del Alfa y que, por ello, merece ser la esposa de Nicolás.Los ancianos del consejo se acercan al Alfa, preocupados por el escándalo que ocurrió en la fiesta.—Alfa, debe casarse de inmediato con la loba Luciana.—¡No lo haré! Maldita sea, el amor de mi vida es Ariadna —dice el lobo, negando con la cabeza.Ariadna lo empuja, sin quererlo cerca.—Cásate con ella, déjame en paz —le devuelve el anillo de compromiso, lanzándoselo en la cara y mirando a Luciana con rabia. —Toma, siempre te gusta lo que yo dejo.Echa a todos de su casa, sube las escaleras, entra a su habitación y, usando sus garras, se quita el vestido. Lo lanza por la ventana mientras grita entre lágrimas.Le duele la traición, la mentira, pero, sobre todo, la humillación.Su padre entra y la abraza
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