—¿Cómo está Alex? —Minutos después de que saliera de la habitación del castaño, con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, me encontré con Leo, quien se veía extremadamente preocupado por la condición de su mejor amigo.Tanto mamá como papá se ponen en alerta ante la presencia del desconocido, pero unas leves palabras de Frank hacen que se tranquilicen y solo visualicen aquella escena.—Tiene muchos golpes... —Intentaba explicarle, pero cada vez que abría la boca, mi voz se quebraba con demasiada facilidad. Maldita sea— Yo... Yo...—A Alex le dieron un fuerte golpe en la cabeza y en otras partes del cuerpo, pero el primero es el que nos preocupa... Lo mantendrán sedado hasta que baje la inflamación... Podría ser peor, pero solo nos queda esperar. —Frank había decidido intervenir en aquella conversación y Leo simplemente suspira, pasándose ambas manos por el rostro, seguramente pensando que todo esto se trataba de una pesadilla— ¿Estás bien?—Maldición, ¿cómo voy a estar bien, Fra
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