Cap. 33: ¡Aún lo amas, por eso te duele!
Renata irrumpió en la suite del hotel como un torbellino, cerrando la puerta con tal fuerza que las paredes parecieron vibrar. Doménico, que estaba sentado en el sofá con un vaso de whisky en la mano, levantó la mirada al instante.—¿Qué demonios pasó ahora? —preguntó, dejando el vaso en la mesa y poniéndose de pie.Renata se giró hacia él, su rostro encendido por una mezcla de rabia y algo que no podía nombrar.—¡Se casó! —espetó, casi escupiendo las palabras—. ¡Se casó con Beatrice!, pero no solo eso, tiene una hija, y habla de esa niña con tanto orgullo y a Dante, mi niño, ni lo nombró.Doménico frunció el ceño, cruzando los brazos mientras la veía pasearse de un lado a otro, incapaz de quedarse quieta.—¿Y qué esperabas? —respondió con frialdad—. Han pasado cinco años, Renata.Renata se detuvo en seco, fulminándolo con la mirada.—¡No me digas eso como si no tuviera derecho a estar furiosa! —gritó, señalándolo con un dedo tembloroso—. ¡Un mes después de que yo “muriera”, Beatrice s
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