Capítulo 27 No cometa de nuevo el mismo error o lo lamentará.Al escuchar las palabras de Ángela, Manuela indicó también con sus ojos llorosos, mirándolo tristemente:—Yo no sé hacer mucho, mamita, solo nos mandaba a recoger nuestros juguetes, pero podría aprender a trabajar. Fabián sí sabe; él ayudaba a mami a sacudir el polvo de la casa grande. Solo pedimos que dejes a Lilo entrar en casa, hace mucho frío afuera, él ha estado llorando toda la tarde.Daniela se puso la mano en la boca, tratando de combatir los sollozos que casi escapaban de sus labios. Maldecía su suerte.—Lo lamento, niños, lamento, ser tan inútil que los he dejado vivir esta situación. Llegué solo pensando en el pastel, no me di cuenta de lo de Lilo, tampoco sabía que él había ordenado eso.Felipe la miró con rabia.—Yo no tengo nada que ver con todo eso. No he dado esas órdenes. Ni hablé con ella de nada de eso —se defendió Felipe, ante las miradas acusadoras de Fabián y Daniela.Luego les dijo a las gemelas y a Fa
Leer más