El camino sinuoso continuaba, aunque el peligro inmediato había quedado atrás. El silencio dentro del coche era palpable, cargado con la tensión del momento vivido. Agatha no podía apartar la vista de Samer, que conducía con la mandíbula tensa y las manos firmes sobre el volante. Amir, aunque parecía más relajado, mantenía la pistola sobre sus piernas, preparado para cualquier eventualidad.El paisaje cambió drásticamente a medida que se adentraban en las montañas. Los árboles se volvieron más altos y frondosos, las nubes se arremolinaban sobre las cimas, y la niebla comenzaba a cubrir la carretera, como si el bosque mismo intentara protegerlos de los peligros que los acechaban."Samer, ¿cuánto más falta?" Agatha rompió el silencio, su voz apenas un susurro.Samer la miró rápidamente por el espejo retrovisor, su rostro suavizándose un poco. "Ya casi llegamos. Es un lugar seguro, lo prometo."Agatha asintió, pero no pudo evitar sentir un nudo en el estómago. Desde que había sido secues
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