Todos los capítulos de El precio de la mentira: Mi enemigo es el padre de mi hijo: Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capítulo 41.
Donovan. Me repito que debo calmarme. Mi odio por ellos no me pueden hacer pensar de forma incoherente. Mis ojos la recorren cuando aparece al final de las escaleras, en donde pasea su vista por todos los presentes con una sonrisa de suficiencia en la cara. No disimula cuanto le gusta ver a muchos capaz de lamer sus pies.La abertura en su vestido me cautiva, ya que el acceso es tan fácil que me es imposible no pensar en lo bien que se ha de ver en cuatro con mi polla encajada, bañando sus piernas de sus jugos, mientras la vista panorámica de su culo me ensombrece la mente. Cada paso que da deja a todos sin respirar, por mi parte, solo me dedico a ver como pierde hasta el último gramo de calma cuando me ve. Esconde algo y voy a averiguarlo. Lo único seguro es que tiene que ver con ese crío.La odio por muchas razones, la principal por ser la única en delatar mi gusto por ver la dominación en alguien más que no sea yo. El polla chica se pasea con ella, presumiendo el tener una be
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Capítulo 42.
Sofía.Imágenes borrosas es lo que veo. Escucho gritos. Huele a sangre y el rostro de alguien que me toma de la cara separando mis párpados dentro de un vehículo, antes de que tome el volante. Hay voces y preguntas que entiendo, pero no me permiten contestar con palabras.El miedo me llena porque siento que en cualquier momento veré a Dylan sobre mí, mientras no puedo hacer nada...de nuevo. Sin embargo cuándo lo veo de frente, la tranquilidad llega. Él no va a dañarme así. Él no lo hará. Me dejo llevar por la oscuridad consciente de que estoy con un ser que quiere matarme por revelar sus presiones a quiénes se las robaron, pero también que no va a crear más pesadillas como las que tengo.La luz molesta al solo abrir los párpados que se me vuelven a cerrar. Estoy bañada en sudor con hebras de cabello pegadas a la frente y el calor encerrado en mi garganta. Las sienes pulsan como martillos, golpeando una y otra vez. Las arcadas no son tan amables con mi estómago.Resisto dándome cuenta
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Capítulo 43.
Sofía. —También fui condenada a vivir por meses en una cueva a casi doscientos cincuenta metros bajo tierra— me obligo a no desfallecer, mientras está inmóvil. —Estuve sola, con mi hijo creciendo en mi vientre y sin tí para que me ayudaras. ¡No me protegiste como decía tu promesa! —lo golpeo con furia. —¡Me dejaste sola, Donovan! Me dejaste sola. Nos dejaste solos. Me rompo por fin. Dejo caer mi frente en su pecho, soltándome de golpe al sentir que arde su toque. Me rompe el alma sentir su cercanía y que no mueva un músculo. —¿Qué fue lo primero que pensaste cuando me viste en el auto? —reclamo riendo en medio del llanto—. ¿Que se te cruzó por la mente al verme imperturbable en el auto? ¿Que te traicioné? ¿Que te entregué? —me limpio la nariz con furia—. ¿Que me valió mierd@ lo que teníamos para dar tu ubicación? ¡¿Qué maldit@ deducción tuviste?! No habla y la rabia solo aumenta. —¡Dime maldi@ sea! —lo empujo y no mete las manos dejando que saque mi ira—. ¡Sal de esa coraza
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Capítulo 44.
Sofía.Las horas transcurren y yo sólo pienso en que con el pacto con los Myers debo volver, lo quiera o no. Ahora los respaldan muchos y cazarme será fácil. Tendría más balas sobre mi cabeza que ideas y justo ahora no tengo ganas de correr. —Descansa, Wifey— roza los labios en mi oreja. —Jamás le des el placer de verte en el suelo. Abro los ojos y él me aleja hebras de cabello de las mejillas. —Van a sangrar, es un juramento. Eso basta para que vuelva a dormir, presa del agotamiento que sólo me pide no pensar más, no temerle a mis pesadillas, sólo respirar. Cuando despierto Donovan no se encuentra a mi lado, sin embargo, no siento esa daga en el pecho con su ausencia. Nos perdimos hace mucho el uno al otro. Nos destrozaron antes de que siquiera lo supiéramos. Bajo al piso inferior cuándo reviso mi aspecto y no me doy tanta lástima yo sola. —Hay aparatos para limpiar las peceras, pero me gusta hacerlo yo misma— dice la monja que me pasa los peces. —Eso lo vuelve más personal. N
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Capítulo 45.
Sofía —¿Puedo pasar? —golpeo la puerta al ver al pequeño concentrado en su comida. Asiente con la boca llena y los ojos lanzando estrellas que iluminan el lugar. Es tan pequeño, pero su fuerza es más que la mía. —Ahora la que no ha comido soy yo. Extiende su mano para darme uno de sus nuggets de brócoli y me acerco para tomarlo y morderlo con cara verdadera hambre, algo que lo hace reír. Lori sabe qué cocinar para él, sabe cómo hacerlo comer sano y a la vez que sepa bien. —Sabía que volverías—, sigue comiendo, dándole un sorbo a su jugo con popote. —Aunque el hombre de voz alta haya dicho que no lo harías. Presioné el botón de borrar. Cada vez que lo veo quiero comérmelo a besos, su mirada es tan hermosa que no le busco explicación a tal deseo, pero me niego a hacerlo, pues mi coherencia me repite que solo es mi estúpido corazón queriendo aferrarme a ideas absurdas. El mío tendría su edad, pero no es él. —Al hombre que habla fuerte no hay que prestarle atención —me siento a su la
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Capítulo 46.
Sofía. Un ruido de muchas cosas cayendo me hacen voltear a la ventana. Volteo a la cama, viendo al niño que se despertó con el ruido. El ruido regresa y el pequeño solo cierra sus ojos una vez más.Asomo solo para darme cuenta de cómo una pared es tirada al ser impactada con un auto. Pienso que se trata de crear un lugar nuevo, hasta que me doy cuenta de que lo que en verdad están probando es el vehículo, del cuál no reconozco el modelo. Revisan los daños y apuntan en una libreta lo que deben arreglar. Fallos que tuvo, añadiduras que tendrá, zonas con más abolladuras, siendo Abraham quien pide que le incorporen toda clase de defensa.Siento la mirada de alguien, pero solo me enfoco en las llaves que le entregan a mi nefasto suegro. Los añade al llavero que carga a todos lados y se retira alegando que no soporta el dolor.Tiene que ser una herida grande para que se vea tan afectado. No es sólo un rasguño. Sus gritos apartan a todo mundo y cierro la ventana para que deje dormir al niñ
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Capítulo 47.
Sofía. —Pequeña rata bocona —una bala le atraviesa la pierna a Dan cuándo intenta correr, obteniendo los gritos que rompe el silencio, Terrence no llora por sus heridas, sino al tratar de alcanzar a su hijo y que Donovan se lo impida al aplastar sus dedos. —No le costaba nada quedarse callado a tu hijo, y seguir en tus juegos de niñito malcriado, pero optó por firmar su muerte.—Vamos a irnos —suplica Terrence. —No sabrás de nosotros— sabe que no tiene escapatoria, haciendolo lloriquear más. —¡Dragón, por favor! No mates a mi hijo.Los recuerdos de mí cuándo lo perdí vuelven.—Eso mismo supliqué yo, y para ser justos tendrás la misma respuesta que yo tuve— le dice y recuerdo su confesión. —Hijo por hijo.—Nos iremos y nunca sabrás de nosotros. Te doy mi palabra —Terrence se va de bruces cuando intenta ponerse de pie.—Difícil que lo cumplas. Debo encargarme por mí mismo si quiero que todo salga bien —contesta indiferente, me mira por encima del hombro con esa fatalidad que carga en l
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Capítulo 48.
Sofía Ronald se ha pronunciado ante lo que le robaron, anuncia su llegada y yo...Mi sistema nervioso está descontrolado desde entonces. Los recuerdos de esa noche vuelven con más fuerza, las noches que le siguieron, su voz, su tacto, su... Una arcada me toma y debo forzarme a detener todo cuándo estoy segura de que si lo permito, mi propia mente me va a dejar en un rincón, abrazada a mis rodillas y sin defensas. No puedo hacerme eso. No de nuevo. La llamada me hace pegar la espalda a la pared, no estoy pensando en lo que debo hacer, ni funciono cómo debería, pero atiendo sin ver el número. —¿Qué decidiste? —la voz del dragón sólo lo empeora, porque me ha visto en mis ataques antes y siento que no puedo esconderlos de él como del resto. —Sofía, ¿Estás teniendo... —Ahora no molestes —suelto controlando mi respiración. —¿Ahora que te pasa? —se enoja también. —No tengo tiempo para tí, ve a molestar a otra persona—, cierro los ojos. —¿Te vas? —su pregunta tiene ese tono de hace
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Capítulo 49.
Sofía. Bruno me envía su ubicación, es una forma de decir que está bien. Prepara mi viaje a Manhattan y eso aún lo debo resolver, ya que tener que escapar de la mira de Ronald no será fácil, como tampoco factible a estas alturas. Es una ciudad con antecedentes que nadie querría vivir personalmente. Me quito los zapatos y vuelvo a mi dormitorio. Con el poco tiempo que he convivido con Kilian sé que no va a despertar y más ahora que según el médico lo tendrá somnoliento unas cuantas horas más, así que le encargo a Lori que no le quite los ojos de encima en mi ausencia. Verifico que no haya tanto movimiento de los vigilantes al frente, sus rondas me las sé de memoria, conociendo a cada uno de ellos a la perfección ya que, Dylan es tan paranoico que no confía en nadie que no conozca y por ello se ha rehusado a cambiar a uno solo. La casa, más parecida a un palacete es de dimensiones adecuadas para tener lo que creo que están fabricando, y que nadie más que quienes trabajan en ello lo
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Capítulo 50.
Donovan. Escucho gritos y gritos de alguien que sacude los brazos frente a mí, diciendo algo que mis oídos no captan. Las palabras de Sofía son las que me joden, me tienen con la mente cerrada para el resto, dejándome con su demanda arruinando mi humor. No sé ni para qué me complico si es lo que dije que haría. No vine por ella al inicio. Ella tampoco me quiere en su vida y es mejor así. Por mi culpa la volvieron mierd@. Estar conmigo es una condena que ya no desea y debí suponer eso desde el principio; no lo hice, pero dejó claro que no será de esa forma. Ella quiere una vida lejos y yo debo volver a lo que era antes de conocerla. —Apenas escapé de ellos con ayuda de mi cuñado que habló con ellos. Todos creen que los asesiné yo ¡Y no lo hice!— se altera la hija de Raúl frente a mí, con desespero limpiando su rostro. —Me dejó ahí con una copa bañada de sangre y un muerto encima. Bebo tranquilamente el contenido del vaso, dejando solo el hielo, en lo que me repito que debo continu
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