Ekaterina Me levanté con una espantosa sensación en el estómago, que ya no podía relacionar con la angustia que sentía por Thane, con quien no había dejado de soñar toda la noche. Tenía claro que jamás volvería a su lado, que me había marchado para siempre, pero parte de mí necesitaba saberlo a salvo, que no dejara este mundo.Corrí hacia el baño y descargué todo el contenido de mi estómago, que no era más que agua y bilis. El sabor dulzón me produjo más asco, pero ya no tuve más arcadas y pude recomponerme para lavarme la cara y los dientes.Miré mi reflejo y me pregunté si Lyra tenía razón. Médicamente, era muy probable que estuviera embarazada. Me faltaba el período, me sentía todo el tiempo sin energía y no tenía hambre. Sin embargo, me negaba a creerlo, pues eso significaría tener algo suyo para siempre, algo que nunca me permitiría olvidarlo.—No puedo —susurré, abatida—. ¿Qué clase de vida le daré?Agobiada por la idea, me alejé del espejo y salí del baño. Por la ventana, podí
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