--- Dominik Müller ---Mientras espero a que el avión privado salga, mi pecho siente una gran opresión, luego de mi plática con Bruno, mi corazón se volvió a romper. Martina, tal como siempre lo sospecho, quería algo; esta vez eran vacaciones y una camioneta. Juro que esta es la última, seguramente, se larga con Walter Roberts, al maldito hombre con el que me puso el cuerno por años.Cambiar de aires me servirá para poder apagar esto que siento, este dolor incesante que, por más que intento, no se va, ver a Martina y saber que ya no es mía, me lástima, me destruye. Tengo la esperanza de que irme a Alemania ayudará a reponerme, no verla, no buscarla, no estar cerca de ella, me ayudará.Mi tía Lorelei Müller vive en Füssen, Alemania, ella prácticamente es como mi madre, aunque no lo digo en voz alta, ya que no quiero herir susceptibilidades, ella sabe todo de mí y sabe mi situación actual. Mi padre y ella son hermanos muy unidos, pero a ella no le gusta la vida en Nueva York, ella prefie
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