Sin decir más, salió del apartamento, así como llegó, se fue, sin dar alguna explicación y dejándome ahí, como un objeto que usas y desechas, es más, ni desechas, lo dejas ahí donde lo usaste, sucio y con tus evidentes marcas.Yo me sentía sucia, adolorida, estaba hecha una m****a, me dolía toda mi zona íntima, no quería ni levantarme, me dolía el vientre. No fue hasta que el dolor no paró, que noté que estaba sangrando, me asusté, no era un sangrado normal.Como pude, me levanté, vi mi colcha, estaba manchada, era evidente que Diego debió ver aquello, era evidente que supo que me lastimó, por eso salió huyendo como un maldito cobarde.Al llegar al baño, me doy cuenta de que el sangrado no para, solo estar sentada en el retrete calma de a poco mi dolor, me desespero y lloro al ver que no para, el dolor no para, como puedo, me levanto del retrete y voy por mi móvil, busco desesperada un contacto y le llamo.- Julián… ¿Estás en el apartamento…? – Digo quejándome.- SÍ LINDA… ¿QUÉ SUCEDE?
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