Saqué mi celular y le mostré todas las publicaciones de Rita. Tras dos de ellas, él ya no pudo seguir, apartando la mirada hacia otro lado.—En el pasado, pensaba que eras sincero y atento. Como médico, tenías un sentido de responsabilidad. Me sentía tan orgullosa de ti, porque eras recto y nunca hacías concesiones. Aunque estaba preocupada por la enfermedad de mi madre, nunca te forzaría a ir en contra de tus propios principios. Pero, desde la aparición de Rita, me di cuenta de que tus principios solo funcionaban cuando tú querías. Si realmente la amas tanto, ¿por qué viniste a buscarme?Él se sonrojó, dudando en responder.En ese momento, apareció Yael, hablando por celular. Al acercarse, me hizo una señal con la mirada. Luego, activó el altavoz, y la voz de Rita resonó en el aire.—Yael, no le creas a Romeo. ¡Ya terminamos desde hace tiempo! Si no fuera por el trasplante de riñón para mi mamá, ¡jamás me habría acercado a él! Ahora que no será subdirector y ha sido suspendido, tampoc
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