CAPÍTULO 57: UN POCO DE RESENTIMIENTOSSavannahEl hospital está tan silencioso como una iglesia. Las luces brillan frías en los pasillos mientras caminamos hacia la habitación de la abuela Helen. Logan va al frente, con pasos firmes, y yo lo sigo, consciente de cada mirada que sus hermanos me lanzan de vez en cuando. Sé que no es el momento para tensiones familiares, pero no puedo evitar sentirme como una intrusa, especialmente después de lo que pasó con Peter.Cuando entramos a la habitación, la abuela está sentada en la cama, con un chal color crema sobre los hombros y una taza de té en las manos. Su piel, aunque más pálida de lo que recordaba, luce con más vitalidad. Cuando nos ve, sonríe ampliamente, pero esa expresión se desvanece al verme. Sus ojos claros se endurecen y frunce el ceño.Logan no se detiene. Camina hacia ella y toma su mano entre las suyas.—Abuela, me alegra verte mejor —dice con una sonrisa.Ella asiente y luego sus ojos viajan hasta los otros hermanos que se a
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