CAPÍTULO 57: UN POCO DE RESENTIMIENTOSSavannahEl hospital está tan silencioso como una iglesia. Las luces brillan frías en los pasillos mientras caminamos hacia la habitación de la abuela Helen. Logan va al frente, con pasos firmes, y yo lo sigo, consciente de cada mirada que sus hermanos me lanzan de vez en cuando. Sé que no es el momento para tensiones familiares, pero no puedo evitar sentirme como una intrusa, especialmente después de lo que pasó con Peter.Cuando entramos a la habitación, la abuela está sentada en la cama, con un chal color crema sobre los hombros y una taza de té en las manos. Su piel, aunque más pálida de lo que recordaba, luce con más vitalidad. Cuando nos ve, sonríe ampliamente, pero esa expresión se desvanece al verme. Sus ojos claros se endurecen y frunce el ceño.Logan no se detiene. Camina hacia ella y toma su mano entre las suyas.—Abuela, me alegra verte mejor —dice con una sonrisa.Ella asiente y luego sus ojos viajan hasta los otros hermanos que se a
CAPÍTULO 58: DESPEDIDA… POR AHORASavannahLa noche ha caído sobre la granja. El cielo está despejado, lleno de estrellas, pero la quietud parece más inquietante que tranquila. Me detengo en el porche sosteniendo un plato con un pan dulce de canela. Logan está sentado en las escaleras, con los codos sobre las rodillas y la mirada perdida en la oscuridad del campo. Sus hombros, siempre fuertes y erguidos, están caídos, como si llevaran el peso de mil preocupaciones. No hemos hablado desde que llegaron esos hombres a darnos el plazo de tres días. Sé que todo nos explotó en la cara, él está molesto conmigo y aunque tiene razón, no puedo soportarlo.Respiro hondo y me acerco con cautela. Sin decir una palabra me siento a su lado. Mis ojos se deslizan hacia su perfil, buscando algún rastro de paz en su rostro, pero no lo encuentro.—Tu hermana me dijo que te gusta mucho este pan —digo sosteniendo el plato frente a él con una sonrisa tímida.Logan suspira profundo, como si estuviera decidie
CAPÍTULO 59: NO TODO ES PERFECTOSavannahUnos días después…El sol de la tarde entra por las ventanas de la cocina, iluminando el espacio con un resplandor cálido mientras el olor a pan recién horneado llena el aire. Helen trabaja con destreza amasando masa, mientras yo intento seguir sus instrucciones. Mis manos están cubiertas de harina, y mi cabello, recogido en un moño alto, tiene un mechón rebelde que insiste en caerme en la cara.—No lo estás presionando lo suficiente —dice Helen con un tono severo, pero hay una chispa de humor en sus ojos.—¿Cómo es posible que esto sea más difícil que planear una gala benéfica? —murmuro mientras intento no desesperarme.Helen suelta una risa corta y me mira de reojo.—Porque aquí no puedes esconderte detrás de decoradores y camareros. Esto es real, querida.A pesar de su tono crítico, sé que está empezando a aceptarme, y eso me da fuerzas para continuar. He aprendido a tomar las cosas con calma desde que llegamos a la granja de Berth Wolves.
CAPÍTULO 60: ANGUSTIALoganEl sonido de mi celular rompe el silencio mientras termino de cargar el último saco de fertilizante en la camioneta. Es Savannah, y aunque su nombre en la pantalla debería alegrarme, algo en mi pecho se aprieta. Contesto de inmediato.—¿Savannah?—Logan… —Su voz está temblorosa, débil—. Ven ya al mercado… Mi vientre… me duele mucho.—¿Qué pasó?—Por favor, solo ven.No me da detalles, pero sé que algo anda mal. Tiro el saco al suelo y salto a la cabina. Mi corazón late con fuerza mientras conduzco a toda velocidad hacia el mercado. Savannah rara vez pide ayuda, y cuando lo hace, sé que es serio.Cuando llego, la veo sentada en el suelo junto a la entrada; no hay nadie, el lugar está vacío. Hay pedazos de cáscaras de huevo y un olor ácido que me golpea al acercarme. Su cabello está desordenado, su vestido manchado, y está abrazándose el vientre.—¡Savannah! —corro hacia ella y me arrodillo a su lado—. ¿Estás bien?Ella asiente, pero sus ojos están llenos de
CAPÍTULO 61: UNA FACHADA PELIGROSASavannahParece que han pasado siglos desde mi supuesta caída en el estacionamiento del mercado, pero en realidad solo han transcurrido algunas semanas. No me atreví a decirle a Logan que alguien me había empujado porque no quería causarle más dolores de cabeza. De todos modos he evitado volver a salir sola, aunque por estas fechas, no salgo casi nunca.Este día comienza con la luz suave del amanecer filtrándose por las ventanas de la casa de Berth. Mi barriga enorme me impide moverme con facilidad, y cada vez que intento levantarme de la cama, parece que el esfuerzo de mis músculos es monumental. Es el cumpleaños de Davina, y aunque los Carter han planeado algo sencillo, quiero asegurarme de que sea un día especial para ella.Logan ya está despierto y organizando las cosas. Lo escucho en la cocina, conversando con Berth y la abuela.—Buenos días —digo entrando con cuidado mientras me apoyo en el marco de la puerta.Logan se gira de inmediato y sonrí
CAPÍTULO 62: RESISTE, MI AMORLoganLa fiesta de Davina transcurre con risas y gritos alegres de niños en el patio. Desde mi posición bajo el porche, puedo ver cómo los pequeños corretean entre los inflables. Odio ver a Peter actuando como el gran héroe, pero solo por ser el cumpleaños de mi hermanita lo estoy dejando pasar. Intento concentrarme en ayudar a Berth con las bebidas, pero una sensación inquietante me pesa en el pecho.Savannah no ha salido en un buen rato. Dijo que iba al baño, pero han pasado más de veinte minutos, y algo no se siente bien.—Voy a buscar a Savannah —digo en voz alta, más para mí que para Berth.Él asiente sin prestar mucha atención, pues está ocupado llenando vasos. Entro a la casa y subo las escaleras mientras llamo su nombre.—¡Savannah!Ninguna respuesta. Mi corazón empieza a latir con fuerza y no sé por qué; solo tengo un mal presentimiento. Camino por el pasillo abriendo puertas y revisando habitaciones. Cuando llego a la última, mi sangre se congel
CAPÍTULO 63: INSOPORTABLELoganLas paredes blancas del hospital parecen cerrarse sobre mí mientras camino de un lado a otro por el pasillo. Cada vez que alguien con una bata blanca sale de una puerta, me detengo con el corazón en la garganta, esperando que sea alguien con noticias sobre Savannah. Pero no es así. Nadie dice nada.La espera es insoportable. He intentado sentarme, pero no puedo. Es como si el movimiento fuera lo único que me mantuviera cuerdo. Afuera, la lluvia golpea contra las ventanas con fuerza, como si el cielo reflejara mi angustia.La noche ha caído, y el silencio del hospital se siente como una condena. Me detengo junto a una de las ventanas, mirando la lluvia caer. Mis pensamientos son un caos, pero uno destaca entre todos: Richard Davenport.Dudo al principio. Lo último que quiero es involucrarlo, pero Savannah... ella es su hija. Merece saber lo que está pasando. Respiro hondo y después de sacar mi teléfono, marco su número.El teléfono suena varias veces ant
CAPÍTULO 64: CULPABLESLoganLa noche en el hospital parece extenderse más allá del tiempo. Todo se siente irreal, como si estuviera atrapado en un mal sueño. No puedo procesar lo que el médico dijo hace unas horas. Savannah está muerta. Esas palabras no pueden ser verdad. Me siento como si estuviera viendo todo desde fuera de mi cuerpo, desconectado de la realidad, como un espectador de una pesadilla de la que no puedo despertar.Estoy sentado en una silla dura en el pasillo con la cabeza entre las manos. Las voces de las personas a mi alrededor se mezclan con el zumbido constante de las máquinas y el lejano eco de pasos. Mis pensamientos están atrapados en un bucle, cada uno es más doloroso que el anterior. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo la perdí?Pregunto por ella, pero me dicen que no puedo verla. Que todavía están terminando el proceso, que me avisarán cuando sea posible. Es una respuesta fría, burocrática, quiero gritarles, pero no lo hago.Tampoco me dejan ver a la bebé. “Está en