CAPÍTULO 59: NO TODO ES PERFECTOSavannahUnos días después…El sol de la tarde entra por las ventanas de la cocina, iluminando el espacio con un resplandor cálido mientras el olor a pan recién horneado llena el aire. Helen trabaja con destreza amasando masa, mientras yo intento seguir sus instrucciones. Mis manos están cubiertas de harina, y mi cabello, recogido en un moño alto, tiene un mechón rebelde que insiste en caerme en la cara.—No lo estás presionando lo suficiente —dice Helen con un tono severo, pero hay una chispa de humor en sus ojos.—¿Cómo es posible que esto sea más difícil que planear una gala benéfica? —murmuro mientras intento no desesperarme.Helen suelta una risa corta y me mira de reojo.—Porque aquí no puedes esconderte detrás de decoradores y camareros. Esto es real, querida.A pesar de su tono crítico, sé que está empezando a aceptarme, y eso me da fuerzas para continuar. He aprendido a tomar las cosas con calma desde que llegamos a la granja de Berth Wolves.
CAPÍTULO 60: ANGUSTIALoganEl sonido de mi celular rompe el silencio mientras termino de cargar el último saco de fertilizante en la camioneta. Es Savannah, y aunque su nombre en la pantalla debería alegrarme, algo en mi pecho se aprieta. Contesto de inmediato.—¿Savannah?—Logan… —Su voz está temblorosa, débil—. Ven ya al mercado… Mi vientre… me duele mucho.—¿Qué pasó?—Por favor, solo ven.No me da detalles, pero sé que algo anda mal. Tiro el saco al suelo y salto a la cabina. Mi corazón late con fuerza mientras conduzco a toda velocidad hacia el mercado. Savannah rara vez pide ayuda, y cuando lo hace, sé que es serio.Cuando llego, la veo sentada en el suelo junto a la entrada; no hay nadie, el lugar está vacío. Hay pedazos de cáscaras de huevo y un olor ácido que me golpea al acercarme. Su cabello está desordenado, su vestido manchado, y está abrazándose el vientre.—¡Savannah! —corro hacia ella y me arrodillo a su lado—. ¿Estás bien?Ella asiente, pero sus ojos están llenos de
CAPÍTULO 61: UNA FACHADA PELIGROSASavannahParece que han pasado siglos desde mi supuesta caída en el estacionamiento del mercado, pero en realidad solo han transcurrido algunas semanas. No me atreví a decirle a Logan que alguien me había empujado porque no quería causarle más dolores de cabeza. De todos modos he evitado volver a salir sola, aunque por estas fechas, no salgo casi nunca.Este día comienza con la luz suave del amanecer filtrándose por las ventanas de la casa de Berth. Mi barriga enorme me impide moverme con facilidad, y cada vez que intento levantarme de la cama, parece que el esfuerzo de mis músculos es monumental. Es el cumpleaños de Davina, y aunque los Carter han planeado algo sencillo, quiero asegurarme de que sea un día especial para ella.Logan ya está despierto y organizando las cosas. Lo escucho en la cocina, conversando con Berth y la abuela.—Buenos días —digo entrando con cuidado mientras me apoyo en el marco de la puerta.Logan se gira de inmediato y sonrí
CAPÍTULO 62: RESISTE, MI AMORLoganLa fiesta de Davina transcurre con risas y gritos alegres de niños en el patio. Desde mi posición bajo el porche, puedo ver cómo los pequeños corretean entre los inflables. Odio ver a Peter actuando como el gran héroe, pero solo por ser el cumpleaños de mi hermanita lo estoy dejando pasar. Intento concentrarme en ayudar a Berth con las bebidas, pero una sensación inquietante me pesa en el pecho.Savannah no ha salido en un buen rato. Dijo que iba al baño, pero han pasado más de veinte minutos, y algo no se siente bien.—Voy a buscar a Savannah —digo en voz alta, más para mí que para Berth.Él asiente sin prestar mucha atención, pues está ocupado llenando vasos. Entro a la casa y subo las escaleras mientras llamo su nombre.—¡Savannah!Ninguna respuesta. Mi corazón empieza a latir con fuerza y no sé por qué; solo tengo un mal presentimiento. Camino por el pasillo abriendo puertas y revisando habitaciones. Cuando llego a la última, mi sangre se congel
CAPÍTULO 63: INSOPORTABLELoganLas paredes blancas del hospital parecen cerrarse sobre mí mientras camino de un lado a otro por el pasillo. Cada vez que alguien con una bata blanca sale de una puerta, me detengo con el corazón en la garganta, esperando que sea alguien con noticias sobre Savannah. Pero no es así. Nadie dice nada.La espera es insoportable. He intentado sentarme, pero no puedo. Es como si el movimiento fuera lo único que me mantuviera cuerdo. Afuera, la lluvia golpea contra las ventanas con fuerza, como si el cielo reflejara mi angustia.La noche ha caído, y el silencio del hospital se siente como una condena. Me detengo junto a una de las ventanas, mirando la lluvia caer. Mis pensamientos son un caos, pero uno destaca entre todos: Richard Davenport.Dudo al principio. Lo último que quiero es involucrarlo, pero Savannah... ella es su hija. Merece saber lo que está pasando. Respiro hondo y después de sacar mi teléfono, marco su número.El teléfono suena varias veces ant
CAPÍTULO 64: CULPABLESLoganLa noche en el hospital parece extenderse más allá del tiempo. Todo se siente irreal, como si estuviera atrapado en un mal sueño. No puedo procesar lo que el médico dijo hace unas horas. Savannah está muerta. Esas palabras no pueden ser verdad. Me siento como si estuviera viendo todo desde fuera de mi cuerpo, desconectado de la realidad, como un espectador de una pesadilla de la que no puedo despertar.Estoy sentado en una silla dura en el pasillo con la cabeza entre las manos. Las voces de las personas a mi alrededor se mezclan con el zumbido constante de las máquinas y el lejano eco de pasos. Mis pensamientos están atrapados en un bucle, cada uno es más doloroso que el anterior. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo la perdí?Pregunto por ella, pero me dicen que no puedo verla. Que todavía están terminando el proceso, que me avisarán cuando sea posible. Es una respuesta fría, burocrática, quiero gritarles, pero no lo hago.Tampoco me dejan ver a la bebé. “Está en
CAPÍTULO 65: UNA VIDA FABRICADASavannah3 Semanas Después…La oscuridad comienza a disiparse lentamente, como si un denso velo de niebla se levantara en mi mente. Abro los ojos, pero todo es borroso, y la luz me obliga a parpadear con fuerza. Poco a poco, las formas y los colores se hacen más claros. Estoy en una habitación que no reconozco, decorada con cortinas de terciopelo y muebles que destilan lujo. Pero lo que más llama mi atención es que estoy acostada en una cama de hospital. Hay máquinas a mi alrededor, monitores que emiten pitidos rítmicos, y tubos conectados a mis brazos.Intento moverme, pero me siento débil. Mis extremidades parecen hechas de plomo, y una punzada aguda atraviesa mi cabeza al menor intento de levantarla.Una enfermera entra y al notar que estoy despierta, se acerca apresuradamente. Sus ojos se abren de par en par, y puedo ver un atisbo de alivio en su rostro antes de que me diga con voz calmada:—Bienvenida de vuelta, señorita Davenport. No se esfuerce d
CAPÍTULO 66: PONIENDO LAS COSAS EN ORDENLoganLos días pasan como si nada hubiera cambiado. Todo el mundo sigue igual, nada se detuvo, pero para mí no es así. Para mí el mundo acabó esa noche en que me dijeron que ella ya no estaba más en esta tierra.Desde ese momento solo hago las cosas por mecánica. Me levanto antes del amanecer, me pongo a trabajar hasta que el cuerpo no da más, y luego voy al hospital a ver a Olivia. Mi hija. La única razón por la que aún sigo avanzando, aunque a veces no sé cómo.El hospital es un lugar frío, impersonal. Cada vez que entro, el olor a desinfectante me da una punzada en el pecho. Camino hasta la sala de neonatología como si fuera mi segunda casa. Los médicos dicen que Olivia está mejorando, que pronto podré llevarla a casa. Pero yo no dejo de pensar en lo frágil que se ve, tan pequeña y vulnerable en esa incubadora. Cada vez que me permiten sostenerla, siento que el mundo entero depende de mí.Ella es lo único que me queda de Savannah.Pero la ve