Al segundo siguiente, entró Ana.Si Leticia la había dejado en clase de baile, ¿por qué estaba aquí?—Sheila, ¿qué estás haciendo?—Estoy buscando información en Internet.Para entonces, el vídeo se había terminado de copiar y me apresuré a sacar el USB.—Ana, no se lo digas a nadie, es un secreto entre nosotras, ¿de acuerdo?Me agaché y le di un caramelo.Aunque estaba sana y salva aquí a cambio del sacrificio de mis hijos, ella no sabía de todo eso, y no tenía porque odiarla.—De acuerdo. ¡Yo también quiero contarte un secreto!Me miró.—Vi a Fernando arrojar tu bebé y tenía mucho miedo, por eso no me atreví contárselo a nadie.El corazón me dio un vuelco.—No tengas miedo, Ana, cuando llegue el momento, necesito que me hagas un favor......Cuando Fernando volvió, ya había ordenado el estudio.Se notaba que fue aterrorizado anoche, poque su cara seguía pálida.En la cena, cuando Leticia le ponía comida en el plato, preguntó:—Fer, ¿qué te pasa? No te ves muy bien.Este no le contest
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