Todos los capítulos de Rescatame mi Alfa. Soy tu segunda Luna: Capítulo 121 - Capítulo 130
167 chapters
**Capítulo 120** El dolor del alfa.
Ethan abrazó el cuerpo inerte de su madre con una desesperación que partía el alma. Sus ojos, normalmente duros y dominantes, estaban inundados de lágrimas que caían como cristales rotos sobre el rostro pálido de Aria.—¡Mamá, por favor, despierta! —su voz era un eco desgarrador que resonaba en la estancia.La acomodó sobre el sofá más cercano, con movimientos cuidadosos, pero apresurados, como si cada segundo perdido pudiera arrancarle la vida. Cerró los ojos y dejó que su poder de alfa supremo fluyera, concentrándose con toda la fuerza que tenía. Un brillo tenue emergió de sus manos, pero pronto se desvaneció, como si una barrera invisible se burlara de su desesperación. Pues era la maldición que corría por sus venas bloqueando cualquier intento. Cada segundo que pasaba y no obtenía resultados, lo empujaba al borde de la desesperación.—¡No! —rugió, sintiendo como la impotencia se apoderaba de él.En un arrebato, hundió sus colmillos en su propia muñeca, dejando que su sangre corr
Leer más
**Capítulo 121** ¿En quién confiar?
Ethan golpeó con fuerza el escritorio, el estruendo retumbó en toda la oficina, como si su rabia quisiera destrozarlo todo.Las palabras de su Delta, Kael, aún resonaban en su mente: —Caleb ha desertado, y no solo él. Isabella y Liora también se han ido.—¡Soy el maldito alfa supremo! —bramó, dejando que su voz resonara. Se dejó caer sobre el respaldo de la silla, con los ojos encendidos por la furia. —No sé cómo pude ser tan idiota. Cloe tenía razón… Isabella ya no es la misma. Me dejé llevar más por la culpa que por la razón.Su pecho se agitaba con cada palabra, mientras el peso de su propia estupidez lo aplastaba como una carga imposible de ignorar.(Te lo dije. Esa vampiresa no es la Isabella que conocimos), gruñó Ferus en su mente, con un tono cargado de desprecio. (Pero eres tan terco y sentimental que preferiste incomodar a nuestra luna. Ahora tendrás que tragarte el orgullo y disculparte, humano idiota).Ethan apretó los dientes, intentando sofocar la ira.(Cállate. Echar sal
Leer más
**Capítulo 122** Segunda oportunidad.
Kael y TeresaEthan estaba más insoportable que nunca sin Cloe en la manada. Desde la traición de Caleb, no había tregua. Las jornadas eran interminables, un constante ir y venir en busca del campamento que Caleb había levantado para declararle la guerra.Cada paso parecía un recordatorio de lo frágil que se había vuelto todo, y en medio de esa tormenta, Kael apenas encontraba tiempo para respirar. Exhausto, con el estómago vacío y su corazón anhelante, decidió que necesitaba un respiro. El deseo de ver a Teresa, aunque ella lo mantuviera a distancia, fue más fuerte que el cansancio.Cuando llegó a su casa, el aroma cálido de algo cocinándose lo golpeó como una caricia inesperada. Una sonrisa, que no recordaba haber esbozado en días, apareció en su rostro. Se acercó con pasos decididos hacia el salón, y lo que vio al mirar hacia la cocina lo dejó sin aliento.Teresa estaba allí, cocinando. Por él.Por un momento, el agotamiento y el dolor desaparecieron. Verla en su espacio, como si p
Leer más
**Capítulo 123** Falsas lealtades.
Cloe no le dirigió ni una mirada, caminó hacia su escritorio, acomodó su bolso y se sentó con toda la calma del mundo.—¿Señora, qué busca? —preguntó, dejando que la sequedad de su tono llenara la habitación.La mujer la miró con incomodidad y persistencia.—Hija, llevo días intentando verte. Tu prima me informó que vendrías, por eso estoy aquí.Cloe endureció su expresión.—Señora, deje de llamarme, hija. Usted y yo somos dos desconocidas.La mujer se levantó con indignación, señalando a Liam y a Noa que no se alejaban de Cloe en ningún momento.—¿De verdad tenemos que hablar frente a estos hombres? Soy tu madre, nunca te lastimaría. Pídeles que salgan de aquí.Pero Cloe no se movió.—Mejor márchese. No me interesa nada de lo que tenga que decir. Usted y ese hombre que me engendró no merecen nada de mí.La mujer golpeó el escritorio con ambas manos.—¡Ingrata! ¿Por qué me odias tanto? Está bien, no te cuidé como una madre, pero mi mamá lo hizo en mi lugar, te crio, te dio una buena v
Leer más
**Capítulo 124** Vínculo entre gemelos.
En la manada, Samira había tomado una decisión de entrenar junto a los lobos guerreros durante sus tiempos libres. Aunque sabía que su sangre mestiza era vista como una debilidad, estaba decidida a demostrar su valía. Día tras día, se enfrentaba al rechazo inicial de los guerreros, quienes no ocultaban su desprecio por su condición de semiomega. Sin embargo, la perseverancia y la fuerza interior de Samira comenzaron a quebrar esa barrera. Poco a poco, ganó su respeto. Ahora, las risas resonaban en el área de entrenamiento, mezclándose con el sonido de espadas y gritos de esfuerzo.—Sangre mezclada, eres una excepción —comentó uno de los guerreros, con una media sonrisa burlona—. Nunca pensé que si un lobo desterrado se emparejaba con un humano podría salir una semiloba. Aunque no eres poderosa. La debilidad humana sigue en ti.Samira, en lugar de enojarse, soltó una carcajada vibrante, como si el comentario fuera el chiste más hilarante que había escuchado.—Ven como insignificantes
Leer más
**Capítulo 125** Gritos de luna.
En el momento en que llegaron al tramo de carretera que Noel indicó, Ethan vio a lo lejos el auto en el que su Luna había salido de su manada. El vehículo tenía las puertas arrancadas y estaba abollado como si hubiese atravesado un campo de batalla. Ni siquiera esperó a que la camioneta en la que llegó se detuviera; se lanzó de esta en marcha, hiriéndose en el proceso. Pero el dolor no importaba, porque corrió hacia el auto con desesperación, sabiendo en el fondo que no encontraría nada. Aun así, un anhelo irracional lo empujaba: quizás su beta, sólo quizás, había logrado impedir que los enemigos raptaran a Cloe.Cuando pasó su dedo por una gota de sangre en el interior del carro, su peor temor se confirmó: era de Noa. Eso dejaba claro que desde antes de salir del auto, ya lo habían debilitado. Ethan apretó la gota entre sus dedos, y un rugido cargado de frustración y rabia se escapó de su garganta.—¡Eso significa que confié en la persona equivocada! Ese maldito de Liam nunca dej
Leer más
**Capítulo 126** El experimento perfecto.
La mirada de Cloe viajaba entre ambas mujeres, buscando alguna explicación.—Hija, ¿qué es este lugar? ¿En qué tipo de problemas turbios te has metido? Leila tenía razón cuando dijo que andabas en malos pasos —dijo su madre, con indignación.Cloe rió sin una pizca de gracia.—¿No es un poco tarde para venir a cumplir tu papel de madre preocupada? Ustedes no saben en qué lío se han metido.Tambaleante, Cloe caminó hacia Noa, quien estaba tan débil que apenas podía mantenerse en pie. Cloe lo llevó a una esquina y lo ayudó a recostarse. Aunque Noa, fiel a su naturaleza respetable, evitaba apoyarse en ella, Cloe lo obligaba a descansar la cabeza en su hombro.—¡¿En un lío?! Debes decirnos qué pasa, ¿por qué fuimos secuestradas? —exigió su madre.Cloe la ignoró, enfocándose en mantener a Noa consciente. Observó sus propias muñecas y vio los brazaletes que había rechazado aceptar antes y, por más que trataba de quitárselo, parecía que estos estaban anclados a ella como parte de su cuerpo.
Leer más
**Capítulo 127** Mordida desesperada.
Una sonrisa siniestra se dibujó en el rostro de Mason mientras se levantaba con una elegancia calculada. Se quitó su gabardina negra y la lanzó con desdén a uno de sus subordinados.Mientras ajustaba las mangas de su camisa, avanzó al centro del salón, irradiando confianza. —Vaya, ex rey de los lobos, nunca pensé que tuvieras tanto valor —se burló, haciendo un gesto con la mano para que Caleb lo atacara. Caleb fue el primero en atacar, lanzándose con un rugido bestial. Su puño impactó como un martillo en el costado de Mason, quien apenas retrocedió un paso antes de devolver el golpe con una fuerza impresionante, cuando su mano chocó contra la mandíbula de Caleb. El sonido del impacto resonó en la sala como un trueno. Caleb se tambaleó, pero rápidamente recuperó el equilibrio y giró, arrojándose de nuevo hacia Mason con la intención de derribarlo.Mason lo esperaba. Con la precisión de un cazador, esquivó el embiste de Caleb, agarrándolo por el brazo y girándolo con fuerza sobre
Leer más
**Capítulo 128** Que empiece la cacería.
Cloe lo miró, avergonzada.—Creí que... Lo siento...Noa asintió con cansancio, y ambos cayeron en un silencio cargado de resignación. La esperanza parecía desvanecerse como un susurro en la oscuridad. Sin embargo, un sonido metálico los alertó. La puerta de la celda se abrió de golpe, resonando tanto que erizó la piel de los presentes. Un vampiro apareció en el umbral, empujando con brusquedad a una niña extremadamente delgada. Sus harapos colgaban de su cuerpo como trapos viejos, apenas cubriéndola, mientras su cabello enredado caía en marañas descuidadas. Sus ojos, apagados y sin brillo, parecían vacíos, como si hubieran sido despojados de toda esperanza.La pequeña, que parecía tener unos ocho años, miró a su alrededor con ojos desconfiados antes de correr hacia Cloe y Noa, dejándose caer al suelo como si estuviera acostumbrada al encierro.Sin decir palabra, el vampiro se retiró, dejando a la pequeña allí. —¿Qué haces aquí? — le preguntó Cloe, con curiosidad.La niña la miró d
Leer más
**Capítulo 129** Ruptura del vínculo sagrado.
A pesar de ser el alfa supremo y poseer poderes que otros lobos jamás podrían soñar, Ethan, se sentía impotente, inútil, atrapado en una maldición que lo consumía lentamente. Avanzó hacia el campamento de búsqueda y rastreo, ocultando su aura como un depredador en la penumbra. Sus pisadas eran ligeras y precisas, evitando cualquier ruido que pudiera alertar a Kael o a los demás de su presencia. Quería estar solo con su melancolía, con la rabia y el dolor insoportable de no tener a Cloe y Noa a salvo.Unos segundos antes había sentido un destello fugaz de la esencia de su amada, pero no lo suficiente como para determinar su ubicación. La frustración lo atormentaba. —Mi luna… me volveré loco si no te encuentro—. Su voz se quebró en un susurro dirigido al vacío. Cada segundo que pasaba sin una pista lo llenaba de una ira corrosiva. —Soy el alfa supremo y ni siquiera puedo encontrar a mi compañera… ¿Qué clase de líder soy?Unos murmullos le hicieron parar sus lamentaciones.—Estoy abur
Leer más
Escanea el código para leer en la APP