Giré sobre mi propio eje dispuesta a salir de la cocina cuando sentí su mano caliente en mi muñeca halándome hacia él, me rodeó por la cintura con sus brazos y justo en ese momento él se aferró a mis labios dejándome sin aliento, ni palabras, un beso que nos terminó de condenar a ambos. Ya no podía controlarme más, todas las barreras desaparecieron en el momento en que rodeé su cuello tímidamente con mis brazos. Alan reafirmó más el agarre impaciente y reclamó mis labios. Nos besamos apasionadamente, hambrientos. Soltó mis labios, nuestras narices se tocaron, acarició suavemente mi rostro, sus dedos fuertes presionaron mi barbilla, lamió mis labios deslizando su lengua entre ellos. Joder, eso fue Demasiado sexy. Apreté los muslos y sentí un calor que empezaba a acumularse en mi abdomen, estaba ardiendo, anhelaba su toque. Su beso se convirtió en exigente y hambriento, sentí su lengua húmeda y el calor de su piel. Luego se movió hacia abajo mordiendo la suave piel de mi cuello chupa
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