Nos encontrábamos en medio del festival del amor con algunos compañeros convertidos en lobo que se peleaban por restregarse por mis piernas y otros peleando por ser el próximo en abrazarme cuando fuimos interrumpidos. -Si ya terminaron, es tiempo de irnos. - Dijo una voz a mi espalda y yo lo miré. El Alfa parecía un poco más calmado, pero el fuego en sus ojos aún estaba presente. -¿Necesita que lo cure, Alfa? - Ofreció Ef. -No es mía. El Alfa estaba cubierto, nunca mejor dicho, de una capa sangrienta. M****a, parecía haberse bañado en sangre. -Prepara todo para el líquido especial. - Dijo el Alfa a Ef y éste asintió. - Acamparemos en la manada Fire hoy; mañana por la mañana rastrearemos a los que huyeron. -Si, Alfa. - Dijimos al unisono. Le hice una seña a Gail para que me cargara y luego partimos todos juntos. El Alfa Supremo no me miró en todo el camino. Era un alivio y al mismo tiempo una preocupación al fondo de mi mente. Una hora después llegamos a nuestro destino. La
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