Todos los capítulos de Entre el amor y la venganza de la ex esposa : Capítulo 11 - Capítulo 20
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Capítulo 11 Un oscuro sentimiento de ira
NarradorFederick regresó tarde a su apartamento. Su familia había tenido un día extenuante, y el primer día de los Maclovin en Industrias Feldman había sido un completo desastre, al igual que su propia jornada. Se sentó en la penumbra, rodeado solo por el silencio, mientras se servía una copa. En ese instante, los recuerdos lo inundaron, y se arrepintió profundamente de haber hecho sufrir a la única mujer que realmente había amado.Al llegar el segundo día de trabajo para los Maclovin, las amenazas de Charlotte hicieron que esa mañana fueran un poco más puntuales. Sin embargo, Magdalena casi se derrumba al verse obligada a usar el uniforme de las trabajadoras de la cafetería; la sensación de humillación la abrumaba, y no soportaba lo que su exnuera le estaba haciendo. —Magdalena, aquí tienes la lista de cómo les gusta el café a los ejecutivos principales de la empresa —le dijo Greta, su compañera de trabajo, mientras le entregaba un papel con indicaciones. Apenas llevaba dos horas e
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Capítulo 12 NO dejo de pensar en ti
Federick Los días transcurrieron en relativa calma, al menos eso parecía. Charlotte creía que mi familia estaba haciendo su trabajo a la perfección, y yo me aseguré de que lo pensara. Ya había cerrado los dos negocios semanales que ella me exigió para mantener mi puesto en la compañía, así que era hora de rendirle cuentas.Sabía que Charlotte me esperaba en su oficina, habían pasado varios días desde nuestro último encuentro, y noté que la situación la tenía nerviosa. Toqué la puerta, y escuché cómo se sobresaltaba al otro lado. Seguro su corazón latía a mil por hora.—Adelante —ordenó con voz firme.Abrí la puerta y me asomé. Ella asintió, dándome permiso para entrar, y me dirigí directo a su escritorio.—Buenos días, Charlotte. Veo que ya cerraste los contratos con los empresarios que conseguí —dije con calma.—Hola, Federick. Sí, ya los he gestionado. Es importante que todo avance rápido. Siéntate, por favor —respondió, mientras me indicaba con la mano la silla frente a ella.Obe
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Capítulo 13  No voy a apartar mis pensamientos de venganza.
Me detuve en el piso donde se encontraba la cafetería, justo después de que Federick saliera de mi oficina. Un repentino impulso me llevó a supervisar personalmente el trabajo de los Maclovin, y esta vez era el turno de Magdalena.Sin previo aviso, entré con determinación en la cafetería, pero me quedé momentáneamente en el umbral de la puerta al escuchar gritos provenientes de dentro. Quería entender qué estaba sucediendo, ya que parecía que las empleadas estaban en medio de una acalorada discusión.—¡Estoy cansada de hacer todo por ti, Magdalena! —gritó Greta, visiblemente furiosa.—¿Hacer qué? Ridícula, eres una empleada y debes cumplir con tus funciones. ¡Yo soy tu jefa! Y tienes que obedecerme —respondió Magdalena, elevando aún más la voz.—¡Tú no eres mi jefa! Que te hayan nombrado responsable de la cafetería no significa que tengas autoridad sobre nosotras. ¡Eso solo implica que te encargarás del maldito café! Estoy considerando poner una queja con la CEO.—¡Ja! —se carcajeó Ma
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Capítulo 14 ¿Por qué el amor se acabó?
Federick La noche finalmente llegó. Todos sabíamos que mi madre fue despedida de la empresa de Charlotte y que no se sentía para nada bien, ella ya nos esperaba en el departamento.Cuando la puerta se abrió, los demás miembros de la familia comenzaron a llegar. Yo fui el primero en entrar, y en cuanto la vi, supe que algo no estaba bien.—Mamá, ¿estás bien? —me acerqué y me senté a su lado. Su piel estaba pálida, y sus ojos, demasiado rojos de tanto llorar.—No, Federick. La maldita de Charlotte me echó de su empresa como si fuera un perro —se cubrió la cara con las manos y comenzó a llorar desconsoladamente.—¿Te despidió? Dime, ¿qué pasó? —le pregunte aparentando que no sabía nada, pero en realidad, lo sabía todo. Los chismes no daban espera.—No hice nada. Esa mujer es cruel; simplemente me despidió porque quiso. Una de las empleadas de la cafetería me hizo quedar en ridículo, y Charlotte se dio cuenta. Sin siquiera escucharme, me sacó de su empresa.—Lo siento mucho, mamá, pero
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Capítulo 15 La realidad sigue siendo la realidad
PresenteFederick apretó los ojos, deseando quedarse a vivir en esos recuerdos donde el amor entre Charlotte y él era auténtico. Intentó acomodar su cabeza en varias posiciones, tratando de conciliar el sueño, pero su mente le estaba jugando una mala pasada. Pasó la noche en vilo, tanto que el despertar del día siguiente fue terrible.En su departamento, todo era un desastre. Con esfuerzo, logró conseguir el turno en el único baño y se arregló para la importante entrevista que tenía esa mañana. Aunque físicamente no se veía perfecto, mentalmente tenía todo bajo control. No iba a dejar que se le escapara ese negocio.Vestido con su mejor traje y, por supuesto, preparado con su mejor argumento, llegó a la gran compañía de alimentos agropecuarios, EpicFlavors. Allí lo esperaba el gran CEO, un hombre de treinta años, corpulento, alto, con cabello castaño y ojos café claro, que irradiaba una personalidad arrolladora.Federick sintió una punzada de envidia al ver el lugar donde estaba el ho
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Capítulo 16 Un nuevo rival en el amor.
Narrador Federick, decidido a no dejar escapar el negocio que estaba a punto de cerrar con Dorian Evans, se dirigió rápidamente a su oficina para programar la cita en la fecha que Charlotte le había indicado. Aunque sabía que era poco probable, debía intentar todas sus opciones.Mientras tanto, Dorian contemplaba la pantalla de su computadora, asombrado por las noticias sobre la nueva empresaria que estaba causando revuelo: Charlotte Feldman. Aquella rubia deslumbrante, de ojos claros y mirada poderosa, provenía de una de las industrias agropecuarias más grandes del país. Sus ojos destellaban al ver las fotografías de Charlotte, y oscuros intereses comenzaron a agolparse en su mente.—Señor, perdone la interrupción, pero hay un hombre de Industrias Feldman que vino temprano. ¿Desea que lo haga seguir? —preguntó un asistente.—¿El asesor comercial? ¿Federick, creo que se llama? —respondió Dorian.—Sí, señor, ese mismo. Le dije que ya lo había atendido y que no tiene tiempo, pero está
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Capítulo 17 Una nueva oportunidad
Charlotte Me sentí reconfortada por lo que estaba experimentando en mi interior. Cerré la puerta de mi despacho y le puse pasador, luego me dirigí al bar y saqué una botella de vino. Con una sonrisa de oreja a oreja, me serví una copa llena del delicioso licor y brindé conmigo misma.“¡Salud por lo que está dejando de doler!” Pensé mientras me la bebía de un solo sorbo. Después, saqué un espejo de mi bolso y retoqué mi maquillaje. En ese momento, comprendí más que nunca que no podía seguir siendo víctima del dolor que me había acompañado durante tanto tiempo, especialmente cuando no fui la única responsable de todo lo que había sucedido.6 años atrásDespués de que Federick y yo hicimos el amor esa noche de mil formas, jamás imaginé que, desde ese día, mi vida tomaría un rumbo completamente diferente. Todo lo que había sido planificado para ser pura felicidad y un amor eterno estaba a punto de transformarse en el verdadero infierno en la tierra.A la mañana siguiente, me desperté con
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Capítulo 18 Un error lo comete cualquiera
Mi corazón latía a mil por hora, una extraña sensación se apoderó de mí, como si mi subconsciente me hubiera traicionado. Fue mucho después cuando me di cuenta de que estaba en los brazos de Federick. Abrí los ojos de golpe y me aparté bruscamente de su agarre. Me arreglé el vestido de manera torpe y me hice a un lado.—¡Esto no puede estar pasando! —mascullé, molesta.—¿Qué? ¿Que el elevador se haya atascado? ¿O que me hayas abrazado? —Federick susurró en medio de la oscuridad. Solo una luz tenue iluminaba el ascensor, creando un ambiente realmente inquietante.Saqué mi teléfono, aunque mis manos apenas temblaban, seguía sin señal. Resoplé, frustrada. Dorian debía estar esperándome ya, y eso me llenaba de impotencia. La oportunidad de salir con otro hombre, uno tan atractivo como él, podría desvanecerse. Aunque ya habíamos salido un par de veces, no me negaba a la idea de ser suya.¿Cuánto tiempo había pasado desde que un hombre me amara como tanto añoraba? Siempre conservaba el recu
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Capítulo 19. Un millar de sentimientos encontrados
Me acababa de vestir y sentía una mezcla de vergüenza y satisfacción por lo que había ocurrido con ese hombre que, supuestamente, odiaba. Sin embargo, en el fondo de mi corazón, sabía que “lo amaba con todas mis fuerzas”. A pesar de la confusión, una parte de mí se sentía satisfecha; tener sexo en el elevador de mi gran empresa había sido una experiencia abrumadora. Nunca antes había sentido tanta excitación debido al vértigo.—¿Cómo vamos a salir de aquí? —pregunté, rompiendo el silencio.Federick negó con la cabeza, claramente confundido. Me hablaba como si nada hubiera pasado. Se acomodó la ropa y encogió los hombros.—No lo sé, Charlotte, pero… ¿y lo que acaba de pasar entre nosotros? ¿Qué significa?Lo miré de arriba abajo y levanté una ceja, respondiendo en un tono burlón:—¿Qué de qué? Tuvimos sexo, Federick, nada más.Bajó la mirada, y un nudo se formó en su garganta. Recordé de inmediato que él mismo me había dicho esas palabras en el pasado, y pude notar que se desmoronaba
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Capítulo 20 No se puede seguir enamorado de un imposible
Federick Llegué a nuestro apartamento junto a mi padre, ambos hambrientos. A pesar de que ya estábamos trabajando, aún no habíamos recibido nuestro primer sueldo, y la escasez de comida, junto con el estrés, comenzaba a apoderarse de la familia.Al entrar, vi a Diane y Magdalena sentadas en el sofá, cada una con una revista en la mano. Apenas cruzamos la puerta, Magdalena arrojó la revista al suelo con furia y se acercó a nosotros.—¡Bonita la hora de llegar de los caballeros! ¿Están ebrios? Porque supongo que para eso sí tienen dinero —exclamó.Me apreté el entrecejo y solté un suspiro, lanzando una mirada a mi padre.—Mamá, tuve un percance en la oficina, y mi padre apenas pudo ayudarme hace un momento.—¿Por qué no contestas tu maldito teléfono? Llevo toda la tarde llamándote. No he comido nada en todo el día. ¿Crees que soy un cuerpo glorioso que deba aguantar hasta la hora que a ti te dé la gana? —gritó, furiosa.Me quedé mirándola fijamente, con un deseo inmenso de gritar, pero
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