Carolina hace lo que le pido y pone ello en marcha, dejándome completamente sola en un castillo que me resulta abrumador. Con las dolencias que tengo en mi cuerpo, no soy capaz de recorrer el lugar y es por ello, que me atormento sentada en la sala.Debo ser consciente que mi vida ha cambiado tanto de forma favorable como de una no tan favorable. Ya que, después de haber llegado a mi mayoría de edad, no he estado durmiendo en el establo ni mucho menos, he sido humillada como sucedía en el pasado.Sin embargo, haberme salvado de ello, me ha causado nuevos problemas y preocupaciones. Sobre todo, porque no creí posible que la mujer, sin la capacidad de convertirse en lobo, tuviera tres posibles compañeros.— ¿Qué piensas hacer, Antonella? No puedes estar divagando toda tu vida por lo mismo. — digo angustiada.El castillo es inmenso, pero, no es frio. Después de todo, aún puedo percibir
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