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Todos los capítulos de El regreso de la esposa del CEO: Capítulo 131 - Capítulo 140
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Capítulo: Dame una razón para amar
Selene intentó alejarse de él, cada paso tembloroso, pero pronto sintió la mano de Ónix rodeando su brazo. Sobresaltada, miró su mano sobre la suya, lista para enfrentarse a su agarre, pero él solo la dirigió suavemente hacia la cama.Su toque no era brusco; era inesperadamente cálido, casi cuidadoso, lo cual hizo que su corazón, ya agitado, latiera con una fuerza y velocidad que la dejaban sin aliento, como si en cualquier momento fuera a desvanecerse. Sentía un temor creciente, pero también una atracción que la confundía, y cuando él la observó, algo en su mirada —la ternura de sus ojos profundos— la desarmó completamente.Selene intentó hablar, preguntar, detener aquella tormenta de emociones, pero Ónix levantó su dedo índice y lo posó suavemente en sus labios, un gesto delicado que selló sus palabras y dejó el silencio entre ambos.Sus miradas se encontraron en un instante eterno, en el que parecía que el tiempo mismo se había detenido, y la chispa que brillaba entre ellos se trans
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Capítulo: Guerra nueva
Al día siguienteCuando Selene despertó, aún medio dormida, extendió la mano hacia el lado vacío de la cama, buscando la calidez de su esposo. Al no encontrar nada, una punzada de temor le recorrió el pecho.«¿Acaso me abandonó?», pensó, sintiendo cómo su corazón aceleraba con una mezcla de angustia e incredulidad. Ya no sabía en quién confiar, y ese sentimiento comenzaba a devorarla desde dentro. Se levantó de la cama apresurada, impulsada por la urgencia de encontrarlo, y sus ojos recorrieron la habitación hasta verlo en el balcón, hablando en voz baja al teléfono.Sin atreverse a interrumpir, se quedó en silencio, escuchando fragmentos de la conversación de Ónix con su padre, y se llenó de una mezcla de alivio y curiosidad.—Sí, me casé, papá… Sé que esto puede parecerte extraño, pero lo hice porque lo sentí necesario. Cuando ustedes vuelvan, haremos una gran celebración y la ceremonia religiosa, pero ahora tenía que… tenía que protegerla.Del otro lado de la línea, el tono severo d
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Capítulo: Confrontación
Joaquín estaba fuera de sí, su furia era palpable. Sin siquiera mirar a su alrededor, ordenó a sus guardias con un tono cortante:—¡Llamen al abogado, ahora mismo!Los oficiales lo escoltaban, pero Joaquín no podía aceptar lo que estaba ocurriendo. Se resistía a la idea de ser tratado como un criminal.—¿Qué significa esto? ¡Soy un hombre inocente! —gritó, su voz resonando en los pasillos.Uno de los oficiales lo miró con frialdad y respondió con indiferencia.—Eso tendrá que aclararlo en la comisaría.Justo entonces, sus hijos, Ónix y Rafael, aparecieron, sus rostros reflejaban una mezcla de sorpresa y temor.—¡Papá! —exclamó Ónix, avanzando hacia él con la desesperación de quien ve cómo su mundo se derrumba.Joaquín intentó mantener la compostura por ellos. Inspiró profundamente, y con una mirada que intentaba transmitir tranquilidad, le pidió a su hijo:—Estaré bien, hijo. Llama al abogado y cuida a tu madre.Diana, su esposa, apenas podía contener las lágrimas. Ella sollozaba sin c
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Capítulo: Amenaza
ComisaríaRodolfo luchó por mantener la compostura mientras los tres hombres se acercaban, sus miradas cargadas de odio y desprecio. Sabía lo que venía, y por un instante, un destello de miedo cruzó sus ojos. Pero rápidamente lo reemplazó con una expresión de puro desprecio, un último gesto de dignidad.—¿Qué quieren? —escupió, su voz temblando de furia.Uno de los hombres le dedicó una sonrisa sádica antes de lanzar el primer golpe, un puño directo al estómago que le hizo doblarse de dolor. Rodolfo intentó defenderse, pero estaba superado en número y fuerza. Los golpes no cesaban; cada uno más brutal que el anterior. Su cuerpo comenzó a rendirse, y la fuerza lo abandonó, cayendo al suelo, agotado y herido.Martín, observando desde un rincón, sonrió con satisfacción al ver el estado de su enemigo. Se acercó lentamente, sacó su teléfono y tomó una foto del rostro ensangrentado y débil de Rodolfo, como si quisiera inmortalizar ese momento de humillación y victoria.—Esto es solo el comie
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Capítulo: Sacrificio de amor
El doctor miró a Aimé con seriedad, su expresión reflejaba la gravedad de la situación.—Lamento informarles que Rodolfo está en estado delicado —anunció, sus palabras eran como cuchillos cortando el aire.Aimé sintió el peso de esa declaración en el pecho, una opresión que apenas le dejaba respirar. Su mente se llenó de imágenes de su padre, de la vida que le había arrebatado la paz, y el miedo se transformó en desesperación. Sin decir una palabra, se dio media vuelta y salió del hospital, sus pasos apresurados la alejaban de todo y de todos. Necesitaba espacio, necesitaba pensar... o tal vez solo necesitaba escapar del dolor.Rafael, que había estado observándola en silencio, no pudo ignorar su partida. Sin pensarlo dos veces, la siguió hasta el estacionamiento. Justo cuando iba a subir a su auto, Zafiro apareció, deteniéndolo.—¿Vas a perseguir a Aimé? —preguntó, con una mezcla de incredulidad y súplica.Rafael asintió, su mirada decidida.—Lo siento, Zafiro. Pero tengo que estar co
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Capítulo: Prueba de paternidad
—No, Zafiro, no vuelvas a besarme, por favor. —Rafael apartó su rostro, pero no pudo evitar que el dolor en sus ojos fuera evidente.Zafiro bajó la mirada, herida, como si ese rechazo le quemara el alma. Había esperado tanto que Rafael finalmente viera en ella lo que nunca podría tener con Aimé.—Lo siento, Zafiro, pero no puedo amarte. Ella… —Rafael desvió la vista al horizonte, ahogado en un silencio denso y lleno de angustia.Ambos subieron al auto. El trayecto de regreso al hospital fue pesado y amargo, con el eco de las palabras que no se dijeron llenando el espacio entre ellos.***En el hospital, la noticia sobre Aimé corrió rápidamente. Joaquín, al enterarse, maldijo entre dientes, sus palabras llenas de impotencia.Margot estaba destrozada, tratando de hallar consuelo en los brazos de su esposo, mientras las lágrimas caían silenciosamente por su rostro. Diana, sin embargo, apretaba los puños y murmuraba:—¿Qué otra cosa podía hacer? ¡Ese hombre tiene a su hijo! —Su voz temblab
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Capítulo: No podrás contra ellos
Martín finalmente leyó los resultados. Sus ojos se llenaron de alivio mientras un suspiro se escapaba de sus labios, y una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro. Era su hijo. No cabía duda. La verdad estaba allí, en sus manos.—¡Es mi hijo! —dijo con una firmeza que dejó sin aire la habitación.Lola, quien había estado observando con la tensión marcada en sus ojos, sintió cómo la rabia crecía en su pecho. Había confiado en que Martín rechazaría al bebé con solo sus palabras y el video que ella misma había orquestado. Pero ahora, todo ese esfuerzo parecía inútil. Una ola de decepción oscureció su mirada, mientras apretaba los labios, conteniendo el coraje de ver cómo su plan se desmoronaba.Aimé, con los ojos encendidos, sostuvo a su hijo en brazos. Lo acercó a su pecho como si quisiera protegerlo de todo el dolor que la envolvía. Su voz salió cargada de una rabia reprimida, de una herida aún abierta que sangraba con cada palabra.—¡Claro que es tu hijo! —su voz tembló, pero no de deb
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Capítulo: Mentir para lastimar
—¡Suéltenme! —gritó Selene, con la voz rota, mientras intentaba liberarse de las manos firmes de sus padres. Luchaba, su desesperación llenando el aire, como un grito ahogado que nadie parecía escuchar.Al salir a la luz del patio, vio a los guardias de la mansión Andrade alzar sus armas y apuntar a sus padres con miradas desafiantes y protegidas por la firmeza del deber.—¡Suelten a la señora Andrade o acabaremos con ustedes! —ordenó uno de ellos.El rostro de su padre palideció, y, por un instante, Selene sintió el latido de su corazón resonar en sus oídos. La furia y el pánico se mezclaban en sus ojos mientras su padre, sin alternativa, la soltaba, dejándola en el suelo como si fuera un peso que ya no deseaba cargar.—¡Pagarás por esto, Selene! —gritó su madre, lanzándole una mirada de hielo antes de volver al auto con paso rápido—. Volverás con Gustavo, ¡quieras o no!Selene permaneció inmóvil, viendo cómo el auto arrancaba y se perdía en el horizonte, pero la rabia la invadió como
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Capítulo: ¡No dejes que me quiten a mi hijo!
Lola sonrió con malicia antes de alejarse de la habitación. La puerta se cerró con un suave clic, pero para Aimé, ese sonido resonó como el golpe de una campana, anunciando su condena. Su corazón latía desbocado, las emociones se acumulaban en su pecho, casi aplastándola. El dolor era insoportable, pero el odio, el odio hacia todo lo que había ocurrido, comenzaba a tomar el control.En su mente, un plan empezaba a formarse, oscuro y desesperado. Necesitaba ver a su padre. «¡Él no puede estar muerto!», pensó con angustia, un dolor tan profundo que la hizo tambalear. Sin pensarlo más, se levantó, sus piernas temblorosas pero decididas. Aprovechando que Lola había dejado la puerta entreabierta, Aimé salió al pasillo, su respiración acelerada. Llegó a la habitación que había compartido con Martín, esa que ahora se sentía tan ajena, tan vacía. Y entonces, lo vio: ella. La mujer que había destruido su vida, que había invadido todo lo que una vez le perteneció. La odiaba, la rabia que la cons
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Capítulo: Trampa sin piedad
Cuando Martín irrumpió en la casa acompañado de la policía, sus ojos estaban llenos de una rabia contenida, casi inhumana. Su presencia parecía oscurecer el ambiente, y su voz resonó como un trueno.—¡Este hombre secuestró a mi esposa y a mi hijo! —gritó, señalando con un dedo acusador a Rafael.Aimé, temblando, pero decidida, se adelantó. Sus ojos, enrojecidos por las lágrimas, enfrentaron a Martín con valentía.—¡Mientes! —su voz se quebró, pero logró imponerse—. Este hombre es mi esposo… pronto exesposo. Él intentó golpearme y amenazó con llevarse a nuestro hijo. Por favor, ¡no le crean! Me escapé porque no me dejaba salir, ¡porque me estaba matando!Los policías se miraron entre sí, desconcertados, pero cuando volvieron sus ojos hacia Martín, su actitud agresiva los alertó.—¡Es mentira! ¡Todo es una mentira! —rugió Martín, perdiendo el control. En un arrebato de furia, intentó lanzarse sobre Aimé.Los agentes lo sujetaron con fuerza, sus gritos resonaban en toda la casa.Aimé retr
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